Enegía

Este es el método de bajo consumo energético para reciclar los desechos plásticos

Científicos de todo el mundo llevan advirtiendo durante mucho tiempo de la presencia de plásticos en mares y océanos. Ahora, un estudio presentado esta semana en el Congreso virtual de Otoño de la Sociedad Americana de Química (ACS) ha puesto sobre la mesa un hallazgo sorprendente: se han detectado trozos de plástico en órganos y tejidos humanos.  El gran problema de los microplásticos Los microplásticos se definen como fragmentos de plástico de menos de 5 milímetros. En los últimos años se han llevado a cabo numerosos estudios para determinar los graves daños que causan a la flora y a la fauna: inflamación, problemas de fertilidad... Aunque la gran mayoría de las botellas y bolsas se descomponen en el medio ambiente, contienen algunos microplásticos no biodegradables que permanecen en el entorno. Estos microplásticos terminan siendo ingeridos tanto por las personas como por los animales.  ¿Cómo han llegado los plásticos a los órganos y tejidos humanos? Ya se sabía que los plásticos tenían la capacidad de atravesar el tracto gastrointestinal. Pero los autores de esta investigación querían ir un paso más allá, y saber si los microplásticos se acumulaban en los órganos y tejidos humanos.  Para ello, analizaron un total de 47 muestras de tejidos del cerebro, del bazo, los pulmones, el hígado y los riñones. Los resultados confirmaron la presencia de plástico en todas las muestras analizadas.  Llama especialmente la atención que apareciera el bisfenol A (BPA) en todas las muestras, teniendo en cuenta que es un material que provoca muchos problemas de salud. Se utiliza para la fabricación de envases alimentarios. Uno de los autores del estudio indica que es una conclusión muy preocupante al tratarse de materiales no biodegradables ya que no se conocen los potenciales efectos sobre la salud. 
Plástico

Investigadores Universidad de California en Santa Bárbara han desarrollado un método eficiente y de bajo consumo energético para reciclar los desechos plásticos de polietileno, un polímero que se encuentra en un tercio de todos los plásticos producidos, con un valor global de alrededor de 168.000 millones de euros, en moléculas valiosas que pueden reutilizarse.

Se trata de un  método catalítico de baja temperatura que recicla el polietileno en moléculas de alto valor que son las base de muchos productos químicos industriales y de consumo. Agregar valor a lo que de otro modo se convertiría en basura podría hacer que el reciclaje de desechos plásticos sea una actividad más beneficiosa para el medio ambiente.

La propiedad que hace que los plásticos sean tan útiles es también lo que los hace tan persistentes, explican los investigadores. Es su inercia química: generalmente no reaccionan a otros componentes de su entorno. Las tuberías de plástico no se oxidan ni se filtran en el suministro de agua, las botellas de plástico pueden almacenar productos químicos cáusticos y los revestimientos de plástico pueden resistir altas temperaturas.

Aunque se ha invertido mucho esfuerzo de investigación en aprender cómo reducir los plásticos a sus componentes básicos con fines de sostenibilidad, el coste de la energía ha asolado el campo durante mucho tiempo, dicen investigadores.

Nuevos métodos

Esa línea de pensamiento innovadora produjo un nuevo método catalítico en tándem que no solo crea moléculas de alto valor directamente a partir de plástico de polietileno de desecho, sino que lo hace de manera eficiente, a bajo costo y con un bajo requerimiento de energía.

La condición de reacción relativamente suave ayuda a descomponer los polímeros de una manera más selectiva en una mayoría de moléculas más grandes dentro de un rango de lubricante, explicaron los investigadores.

Este método representa una nueva dirección en el ciclo de vida de los plásticos, una en la que los polímeros de desecho podrían convertirse en materias primas valiosas en lugar de terminar en vertederos, o peor aún, en vías fluviales y otros hábitats sensibles.

No obstante, aún se deben realizar investigaciones para ver dónde y cómo esta tecnología sería más efectiva, pero es una estrategia que podría ayudar a mitigar la acumulación de desechos plásticos, recuperar su valor y quizás reducir nuestra dependencia del petróleo del que provienen los plásticos.

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