Más de 3.000 personas despiden a Rubalcaba en la primera jornada de capilla ardiente

«Hablar de Alfredo Pérez Rubalcaba es sinónimo de buena persona», comentaba una ex ministra del Partido Popular, este viernes por la tarde, en los pasillos del Congreso de los Diputados. Ambos se habían visto las caras en el hemiciclo situado a pocos metros de donde ayer, más de 3.000 personas acudieron a dar el último adiós al ex vicepresidente del Gobierno fallecido a los 67 años a consecuencia de un ictus.

Durante más de tres horas y media, compañeros del PSOE, representantes de otras formaciones políticas y adversarios que como él, ya han abandonado el servicio público, arroparon a su família y a los dirigentes socialistas que permanecieron sentados, a lado y lado del féretro con una bandera de España y una del PSOE, en el salón de los pasos perdidos. Su esposa, Pilar Goya, encabezaba la representación familiar que saludaba a algunos conocidos y Pedro Sánchez y Ana Pastor la representación política. Estaban todos los ministros y sus amigos de toda la vida en el PSOE, como Jaime Lissavetzky, José Blanco o Javier Solana.

Los Reyes Felipe y Letizia fueron los primeros en pasar ante el ataúd que contenía los restos de Rubalcaba y tras ellos, hasta las doce menos cuarto de la noche, fueron pasando personas de toda ideología. Desde Mariano Rajoy –uno de los más cercanos a la familia– hasta militantes socialistas o ciudadanos de a pie que discrepaban del ex líder del PSOE ideológicamente.

También muchos alumnos de la Universidad Complutense, que han aguardado casi tres horas de cola para dar el último adiós al que fuera su profesor, que este jueves aún dio clases. Su esposa dio el aviso de que había sufrido un ictus alrededor de las seis y media de la tarde, pese a que su última conexión al whatsapp es de las 14.33, hora en la que creen los médicos podrían haber empezado los síntomas.

El salón de los pasos perdidos, que anteriormente ya ha acogido los velatorios por Adolfo Suárez y Manuel Marín, se ha convertido en un gran jardín con coronas enviadas desde diferentes agrupaciones socialistas, entidades o partidos políticos y ramos de rosas que han ido depositando muchos ciudadanos cuando pasaban por delante del féretro.

Pese a que no había un libro de condolencias como tal, solo una carpeta con unas cuantas hojas que los reyes no han utilizado, Pedro Sánchez sí le ha dejado un mensaje a su antecesor en el cargo. Con palabras de Manuel Azaña, el jefe del ejecutivo ha afirmado que «Alfredo se entregó en cuerpo y alma para hacer un país mejor» sentenciando que «es una fuente de inspiración ese ejemplo».