La fortuna del clan Pujol se disparó a medida que Barcelona se transformaba en ciudad olímpica
A medida que Barcelona se transformaba en una ciudad olímpica, casi de forma paralela, la fortuna de la familia Pujol se disparaba. Los ingresos que recibían las cuentas del clan en Andorra alcanzaban los 40 millones de euros. La mayoría de ese dinero, dicen los investigadores, se ha esfumado ya a otros paraísos fiscales. Y eso es tan evidente, como el hecho de que la Policía tiene constancia de que Jordi Pujol Ferrusola está situado en el centro de una trama, en la que ganó toda la familia: sus padres, Jordi Pujol y Marta Ferrusola; y todos sus hermanos, Pere, Josep, Oriol, Marta, Mireia y Oleguer.
Junior, como le conocen los suyos, siempre se ha ocupado de todo. Se encargaba de distribuir dinero en las cuentas de sus hermanos que, durante años, acumularon una auténtica fortuna en Andorra a pesar de que en aquellos tiempos eran unos simples estudiantes.
Los investigadores no creen la teoría de la herencia del abuelo. Dicen que cae por su propio peso con datos como que en el año 2000 el primogénito ingresó en esas cuentas 300 millones de euros. Analizan los miles de papeles que ha enviado el Principado en busca de esas posibles conexiones entre los empresarios que construyeron la Barcelona olímpica y la familia del ex president de la Generalitat de Cataluña. Conexiones que, según los investigadores, se han mantenido hasta hace bien poco.
El juez de la Audiencia Nacional, José de la Mata, ha decretado este martes prisión incondicional sin fianza para el primogénito del clan Pujol.