
"Soy cardiólogo: si tu corazón ya se recuperó tras un infarto, los betabloqueantes pierden sentido", afirma el Dr. Rojas, especialista en cardiología. Un reciente ensayo internacional ha demostrado que estos fármacos, ampliamente utilizados para tratar diversas patologías cardíacas, no aportan beneficio significativo a los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio no complicado, es decir, aquellos cuya función contráctil del corazón se mantiene intacta. Los resultados suponen un cambio de paradigma en el manejo de estos pacientes, cuestionando una práctica médica vigente desde hace más de 40 años.
La gripe sigue siendo una de las infecciones respiratorias más prevalentes entre la población infantil, con importantes implicaciones clínicas y sociales. Con vistas a la temporada 2025-2026, el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP) ha dado un paso clave en la estrategia de prevención: ampliar de forma sistemática la recomendación de vacunación antigripal a todos los menores de entre 6 meses y 17 años.
A partir de los 65 años, cuidar la salud es esencial, y la naranja puede ser una gran aliada. Esta fruta cítrica, rica en vitamina C, flavonoides y minerales, fortalece el sistema inmunológico, protege el corazón, mejora la digestión y favorece la salud ósea. También ayuda a eliminar toxinas, previene infecciones urinarias y aporta energía de calidad. Por su efecto antioxidante, puede reducir el riesgo de ciertos tipos de enfermedades. Incluir naranjas a diario en la dieta aporta numerosos beneficios a la población mayor.
Las personas que padecen insuficiencia cardiaca y son tratadas con medicamentos agonistas del receptor de GLP-1, los nuevos medicamentos para la diabetes y el control de peso, como el famoso Ozempic, comparadas con sujetos que reciben placebo, consumen menos recursos contaminantes y mejoran por esa vía la huella de carbono de la actividad humana en el medio ambiente.
Una enfermedad congénita o bien desarrollada a lo largo del tiempo, pero que suele permanecer oculta, se identifica con una precisión del 77% gracias a una herramienta de diagnóstico basada en inteligencia artificial (IA). Las enfermedades cardiacas estructurales (SHD, por sus siglas en inglés) pueden afectar a la capacidad del corazón para bombear sangre al resto del organismo. Antes se trataban tradicionalmente con cirugía abierta, pero en la actualidad muchas de ellas pueden resolverse con terapias mínimamente invasivas.