Trucos de cocina

Ni harina ni huevo: el sencillo truco de Alfonsa, la abuela cocinera, para hacer las mejores croquetas de pollo

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Croquetas. Foto: Freepik
  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

Las croquetas caseras son un clásico de la cocina española. Una cocinera veterana tiene un truco que demuestra que, incluso en las recetas de toda la vida, aún quedan pequeños gestos capaces de marcar la diferencia.

Su propuesta gira en torno a un ingrediente tan básico como la cebolla, aunque tratado de una forma que transforma por completo la base de la bechamel.

Éste es el secreto casero de Alfonsa para preparar unas croquetas de pollo irresistibles

Alfonsa es una abuela cocinera que comparte sus recetas caseras y su estilo directo en su canal de YouTube. Su método ha generado interés precisamente por romper con lo que se suele hacer en la mayoría de hogares.

En lugar de iniciar la preparación con un sofrito clásico, apuesta por trabajar la cebolla de manera distinta para concentrar su sabor y obtener un resultado mucho más aromático. ¿Quieres saber cómo puedes lograrlo?

Cómo caramelizar la cebolla sin aceite para potenciar el sabor de la croqueta

La clave de su truco comienza con un gesto muy simple: rallar muy fina la cebolla para que se integre completamente en la masa y no queden trocitos perceptibles. En lugar de añadir aceite desde el inicio, Alfonsa coloca directamente la cebolla rallada en la sartén y la deja cocinar lentamente.

El calor suave permite que este alimento libere su propia agua. Esta evaporación controlada es fundamental para lograr un sabor más intenso y una textura naturalmente caramelizada.

Cuando la cebolla queda casi seca, entonces sí incorpora el aceite, facilitando un dorado rápido y uniforme. El resultado es un fondo dulce, profundo y capaz de mejorar la bechamel sin añadir más ingredientes ni complicar el proceso.

Cómo preparar la masa perfecta para croquetas con bechamel casera

Con la cebolla ya caramelizada, Alfonsa añade la harina y la tuesta ligeramente para evitar sabores crudos. Luego incorpora el pollo asado desmenuzado (uno de los elementos que más sabor aporta) y mezcla hasta que todo quede integrado.

Antes de añadir la leche, suma un toque de nuez moscada, una especia clásica en las croquetas caseras. La bechamel se construye poco a poco, añadiendo la leche en pequeñas cantidades mientras la masa se despega del fondo y adquiere una consistencia firme, pero manejable.

La cocinera defiende trabajar el relleno y la salsa simultáneamente, lo que agiliza el proceso y garantiza una textura más homogénea.

Reposo y fritura para conseguir croquetas crujientes y bien formadas

Una vez terminada la masa, es imprescindible dejarla enfriar por completo y refrigerarla, preferiblemente durante toda la noche. Alfonsa recomienda cubrirla con un paño, un gesto tradicional que mantiene la humedad sin apelmazarla.

Tras el reposo, únicamente queda moldear las croquetas, pasarlas por huevo y pan rallado y freírlas en abundante aceite caliente, procurando no presionarlas para que conserven su forma.

El método demuestra que un paso tan sencillo como cocinar la cebolla sin aceite al inicio puede convertir una receta común en unas croquetas con sabor concentrado, textura impecable y ese toque casero que nunca decepciona. Y tú, ¿cómo las preparas?

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