Senderismo

Parece El Señor de los Anillos, pero está en Burgos: la fantasiosa cascada de 200 metros que sigue a salvo de turistas

Cascada de 200 metros
Cascada de San Miguel. Foto: nieto76 en Wikiloc.

En el noreste de Burgos, justo en el contacto con el País Vasco, se abre paso una fantasiosa cascada de 200 metros. La primera parte arranca en territorio alavés, con pequeños saltos que se van encadenando antes de precipitarse por completo al valle.

El relieve escarpado de la Sierra Salvada, las condiciones del valle y el caudal que brota en los meses de lluvia hicieron de este enclave un elemento destacado en el paisaje burgalés. Su contemplación puede realizarse tanto de cerca como a distancia, en un recorrido que enlaza naturaleza e historia.

¿Cuál es la fantasiosa cascada de 200 metros que hay que visitar en Burgos?

El nombre de este salto de agua es Cascada de San Miguel y se encuentra en el noreste de Burgos, dentro del Valle de Angulo y junto a la frontera con Álava.

Su desarrollo alcanza cerca de los 200 metros, divididos en varios tramos. Los primeros se sitúan en territorio vasco, con una sucesión de caídas menores que van preparando el descenso definitivo, ya en suelo burgalés.

Durante el deshielo y las lluvias intensas, la fuerza del agua multiplica la magnitud del salto, que se desploma sobre un paredón rocoso de gran verticalidad. Incluso en épocas secas, cuando el caudal se reduce, la fisonomía del terreno mantiene el interés paisajístico de la zona.

¿Cómo se accede a la cascada de San Miguel?

La cascada de San Miguel se distingue por la facilidad con la que puede ser observada desde la propia carretera. Antes del túnel de Peña Angulo, la antigua vía ofrece un aparcamiento desde el cual parte el sendero que conduce hasta el mirador principal.

El recorrido, de unos 20 minutos, se adentra en un valle rodeado de cortados y praderas que permiten contemplar diferentes panorámicas.

Los caminos secundarios bordean el acantilado y muestran tanto la cascada de 200 metros como otros referentes geográficos, como las Peñas de Gurdieta y Castrogrande.

La caminata no requiere un gran esfuerzo físico y ofrece la posibilidad de conocer un espacio natural con un fuerte contraste visual entre paredes rocosas y vegetación.

Lo que hay que tener en cuenta para visitar esta cascada de 200 metros

Además de su atractivo visual, la Cascada de San Miguel se ha convertido en un referente para quienes practican barranquismo. El descenso completo exige encadenar varios rápeles, algunos de ellos de hasta 45 metros de caída.

La instalación de anclajes permite diferentes variantes, aunque las dificultades aumentan según el caudal y la caída de piedras en la zona.

Por otra parte, en las inmediaciones se sitúa la cueva de San Miguel el Viejo, origen del arroyo que da lugar a la cascada. La cavidad, explorada por el Grupo Espeleológico Alavés, cuenta con galerías inundadas y lagos subterráneos. Su visita está desaconsejada en épocas de lluvia, ya que las crecidas repentinas complican la entrada y la salida.

Así, el entorno mantiene un carácter poco masificado, sin instalaciones turísticas de gran escala, lo que ha permitido conservar un paisaje natural de interés. El itinerario que rodea la zona conecta con restos históricos como la Lobera de San Miguel y con la torrentera que aparece en épocas de fuertes precipitaciones.

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