OKUPAS EN TIK TOK

La plaga de los okupas tiktokers: «Te quitan la casa y presumen en las redes con impunidad»

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La plaga de los okupas 'titktokers'.
Ángel Moya

Carlos resume la tirante relación con su okupa en una sola frase: «Está empezando a ser bastante insoportable. Hace poco hizo la matanza de un cerdo en mi jardín y lo subió a TikTok». Carlos es la última víctima por partida doble de los okupas exhibicionistas de las redes sociales. Los propietarios ven primero cómo les quitan su vivienda y luego tienen que contemplar en las redes los vídeos que los okupas van colgando presumiendo de su vivienda okupada. Carlos es el último perjudicado, acosado, despojado de su vivienda y humillado por el okupa que se quedó con su casa en Lugo: «Me ha pedido 5.000 euros a cambio de abandonar mi propiedad».

El de Carlos no es un caso aislado. Los okupas youtubers, tiktokers o influencers se han convertido en una plaga con sus vídeos colgados en redes mostrando las viviendas que han okupado. Se muestran cometiendo delitos, ya sean allanamientos o usurpaciones, y presumen de las comodidades de su nuevo hogar, del dinero que ganan realquilando las habitaciones de la vivienda ajena o de las mejoras que están haciendo en la casa okupada para justificar su estancia ilegal. El okupa incluso le mandaba vídeos donde se le veía desbrozando el jardín.

El resultado para las víctimas siempre es el mismo. A la frustración por lentitud crónica de la Justicia para resolver el caso y desahuciar al okupa célebre, se suma la humillación y el estrés de tener que ver en las redes sociales cómo los okupas destrozan su vivienda o se jactan de su hazaña.

Okupa acosador y ‘tiktoker’

Carlos ha sido la penúltima víctima de los okupas tiktokers. En su caso, el okupa incluso le acosó telefónicamente durante meses. Su caso arranca de forma inverosímil. Hace unos meses un vecino avisó a Carlos de que alguien había intentando entrar en la casona deshabitada que heredó de su abuelo. Un desconocido se puso en contacto con Carlos poco después. Decía que había impedido que unos okupas se instalaran en casa de su abuelo y a cambio le exigía a Carlos que le alquilara el inmueble.

«Le expliqué que la casa de mi abuelo era una herencia familiar repartida entre varias personas y yo no podía disponer de ella, además la vivienda está incluida en un plan de urbanismo», cuenta. Los argumentos de Carlos no convencieron al okupa que siguió llamándole todos los días durante meses insistiendo en alquilar la vivienda.

«Un buen día me llamó y me dijo, como no me alquilas la casa, la okupo», le dijo. Desde entonces el okupa cuelga vídeos de la casa de Carlos en los que se le ve de fiesta con sus amigos en el porche, desbrozando el jardín o cocinando, «también hay muchos vídeos de dinero, donde enseña muchos billetes», dice indignado. «Lo último es que me pedía 5.000 euros a cambio de devolverme la casa de mi abuelo», cuenta Carlos con la esperanza de que el okupa al verse retratado abandone su casa.

La okupa de chalets de lujo

María, «la Beyoncé de la okupación», como le bautizaron los medios, okupó durante meses un chalet de lujo con vistas maravillosas en la costa de Menorca. La mujer subía a sus redes sociales un vídeo donde mostraba el chalet con piscina y vistas al mar que había okupado junto a su familia, y se jactaba de ello: «Esto es un chalet para mí, que me lo merezco». La vivienda está situada en la urbanización Coves Noves y valorada en más de 650.000 euros.

«Esto ni Beyoncé», exclamaba la okupa en sus vídeos. «Tengo cinco niños, no tengo dinero para pagar un alquiler en Menorca», añadía. «Lo va a okupar mi coño que me lo merezco». Entretanto, la cabeza de familia de los okupas fue detenida por conducir sin carnet y dar positivo en cocaína.

Sintiéndose impune gracias a la lentitud de las leyes para desalojar una vivienda usurpada (no una vivienda habitual) y empujada por su éxito en las redes sociales, la okupa seguía subiendo vídeos mofándose de los dueños y mostrando el chalet de diseño okupado. Hartos, los propietarios contrataron a una agencia de desokupación, lo que sumado a la presión de los medios al saltar la okupa a la fama, le hizo abandonar la vivienda.

Bailando con las cenizas del difunto

El tío de Isabel falleció en su piso de Barcelona dejando el inmueble en herencia a sus tres hermanos. Tras el fallecimiento del propietario, la cuidadora del difunto rogó que la dejaran quedarse en el piso hasta que se resolviera el papeleo de la herencia. Cuando llegó el momento se negó a irse y okupó la vivienda. Unos días después los herederos veían atónitos a la hija de la okupa en un vídeo de TikTok bailando en el salón de la casa okupada, y de fondo la urna en la que reposan las cenizas del propietario.

«Esto te produce un trastorno de salud y un dinero gastado para recuperar algo que es tuyo. Es un sinvivir», se quejó Isabel. Tras meses de lucha, Isabel consiguió una sentencia de desahucio. Los okupas abandonaron la casa antes del desalojo pero en venganza dejaron la casa destrozada y llena de suciedad.

La okupa ‘influencer’ de Ibiza

«Son los dueños que quieren quitarme el piso para alquilarlo por temporadas los que perjudican al turismo, yo doy opciones a la gente», argumentaba la okupa influencer de San Antonio, en Ibiza.  Los propietarios, una pareja joven, alquilaron su vivienda a una influencer durante el invierno porque les prometió que se la cuidaría. La okupa tenía otro plan, dejó de pagar, se publicitó en vídeos colgados en internet y alquiló las habitaciones por 1.100 euros al mes.

»Antes de entrar a nuestra vivienda a vivir ya tenía las habitaciones alquiladas, había usado el vídeo que le enviamos nosotros y estaba esperando recibir ese dinero para poder pagarnos a nosotros», protestaban los propietarios. La influencer Alaznikki, cuyo nombre real es Alaztne Rodrigo, entregó la fianza y un mes de alquiler y dejó de pagar mientras alquilaba las habitaciones.

Tras varios meses viendo a la influencer en sus vídeos en redes, fue finalmente desalojada del apartamento en mayo de 2024. Los okupas se habían atrincherado pero terminaron cediendo bajo la presión de una empresa de desokupación y la intervención de Policía Local y Guardia Civil. En el desalojo de la casa destrozada se hallaron drogas.

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