Muere un hombre tras quemarse a lo bonzo en plena calle en Cartagena

Ver vídeo
Paloma Guardia

Un hombre ha fallecido después de prenderse fuego a sí mismo en plena calle del centro de Cartagena. La víctima, todavía sin identificar, se ha rociado de gasolina y se ha prendido fuego en la calle Santa Florentina, una de las calles más céntricas y transitadas de la ciudad murciana.

En las imágenes que acompañan a estas líneas se puede observar como el hombre está completamente envuelto entre llamas. Varias personas que paseaban por los alrededores dieron la voz de alarma llamando al Centro de Coordinación de Emergencias de la Región de Murcia cuando el hombre empezó a echarse gasolina por el cuerpo, pero fue demasiado tarde.

Incluso algunos menores que se encontraban por la zona escandalizan al observar cómo el hombre se prende fuego. Minutos después de arder, el hombre cae al suelo y pesar del esfuerzo de la gente por intentar apagar las llamas, ha terminado falleciendo por la gravedad de las heridas.

Por el momento se desconocen los motivos que le han llevado a esto, ya que no ha dejado ninguna nota, ni ningún tipo de mensaje donde explique lo ocurrido. Una testigo de los hechos tuvo que ser atendida por una crisis de ansiedad.

Según indicaron los agentes que reconstruyeron los hechos, el hombre iba caminando por la calle «portando una botella que en su interior llevaba gasolina» y se echó el combustible por encima para posteriormente prenderse fuego.

Se trataba de un varón de unos 50 años, del que todavía se desconoce la identidad, aunque se baraja la opción de que se tratase de un profesional sanitario «con problemas de salud mental».

Hasta el lugar se desplazaron dos ambulancias, bomberos, la Policía Local de Cartagena y la Policía Nacional que se está haciendo cargo de la investigación.

Quemarse a lo bonzo

Quemarse a lo bonzo es una expresión que se utiliza para indicar la acción de hacerlo uno mismo -normalmente como acto de protesta ante una reivindicación que no ha sido atendida-.

El término bonzo viene del japonés bonsa y significa monje budista. La primera vez que se escuchó esta la palabra fue en 1549 en una carta enviada por el misionero religioso de origen navarro Francisco Jaso y Azpilicueta. En la misiva este santo hacía referencia a un monje budista que conoció durante un viaje de evangelización.

Pero no fue hasta 1963 cuando comenzó a utilizarse la expresión a lo bonzo, cuando un monje budista llama Thich Quang Duc, decidió prenderse fuego en medio de una calla de Vietnam del Sur. El motivo por el que tomó esta decisión fue como acto de protesta contra la persecución que sufrían los budistas por parte del régimen presidencial del momento.

Días antes de quemarse en público, avisó por medio de cartas de que iba a ocurrir algo importante el 11 de junio. Sólo algunos pocos periodistas que le creyeron acudieron al lugar y vieron aparecer a 350 monjes, uno de ellos se echó gasolina por encima y se prendió fuego, posteriormente se sentó sobre el asfalto con la postura del loto y esperó a fallecer.

Los periodistas que se encontraban en el lugar consiguieron fotografíar la escena, que ha sido compartida en redes sociales en múltiples ocasiones.

De esta imagen y este suceso -que dio la vuelta al mundo- creció la conocida expresión que todavía hoy se utiliza.

Lo último en Sucesos

Últimas noticias