MADRID

El marido acusado por la muerte de su mujer en Villalbilla dice que habla con extraterrestres

mujer Villalbilla
César, el detenido, y su mujer Raquel.
Ángel Moya

César o Ramaathis Mam, como se hacía llamar el hombre detenido por la muerte de su mujer en su casa de Villalbilla (Madrid), dice que lleva más de 50 años comunicándose con extraterrestres. Lo confiesa en el perfil que encabeza su página web y que abre la puerta a una serie de libros delirantes escritos por este autodenominado terapeuta y místico rodeado de un halo de espiritualidad. «Cuando tenía 10 años, estaba tan deprimido por tener malas notas que estaba pensando seriamente en el suicidio; entonces, unos seres se le aparecieron y le dijeron que no debía deprimirse por las notas, pues esas enseñanzas no tenían importancia para el desarrollo del alma y que él tenía que cumplir una misión para el desarrollo de la humanidad», así arranca la biografía de este hombre que ahora está en prisión.

Esos supuestos seres venidos de otros mundos siguieron en contacto con él, e influyeron en el giro que daría su vida hace décadas, cuando le empujaron a viajar a la India para encontrarse a sí mismo. Allí permaneció 10 años bajo la tutela de un guía espiritual que lo rebautizó como Ramaathis Mam. Ya de en Villalbilla, escribía libros que combinaban profecías con creencias místicas, también se promocionaba como terapeuta espiritual y en el sótano de su vivienda había escenificado un lugar de rezos y ceremonias con ofrendas y un altar. Allí fue donde encontró la Guardia Civil el cadáver de su pareja, Raquel, el pasado domingo 8 de septiembre.

En el pueblo les conocían como «los religiosos» y nadie notó la desaparición de Raquel desde el día 31 de agosto. César tardó cuatro días en denunciar el caso ante la Guardia Civil y cuando lo hizo se convirtió en el principal sospechoso de la desaparición de su mujer. Su relato inconexo precipitó su detención el pasado domingo 8 de septiembre y el posterior hallazgo del cadáver de Raquel en el sótano de la vivienda de la pareja.

El caso arrancó el día 4 de septiembre cuando César fue a denunciar a la Guardia Civil la desaparición de su mujer Raquel. César cuenta que Raquel está desaparecida desde el día 31 de agosto, le dijo que iba a pasar unos días con su madre en el domicilio de ésta, en Yuncos (Toledo). «Raquel salió de casa el sábado 31 de agosto a las 9:30 de la mañana con una pequeña mochila negra y se subió a su coche Toyota azul oscuro para irse a casa de su madre unos días», dijo a los guardias.

César continuó su relato ante la Guardia Civil : «Ella, Raquel, me llamó posteriormente a las 11:30 del mismo sábado y me dijo que ya había llegado a casa de su madre. También me dijo que se había dejado el cargador del móvil en casa y que se quedaría sin batería en breve, así que le dije que lo apague por si tiene que hacer alguna llamada de emergencia». Los guardias no creyeron que la mujer se olvidara el cargador si planeaba irse varios días a casa de su madre.

Dos tentativas de suicidio

César continuó explicando el motivo por el que había tardado cuatro días en denunciarlo: «Porque no sé nada de ella desde el 31, he intentado hablar con ella y la he llamado varias veces a su teléfono móvil, pero siempre lo tiene apagado, el día 1 de septiembre le envié un whatsapp pero tampoco recibía los mensajes, la última conexión de su teléfono es del día 1 de septiembre a las 11:00 horas de la mañana».

El marido terminó su denuncia contando que en el mes de mayo Raquel protagonizó un intento de suicidio y que recibió atención hospitalaria por tomarse 60 pastillas de antidepresivos. Añadió que no había sido esa la primera vez que lo intentaba, ya que dihjo que tuvo otro episodio hace tres años.

El teléfono de Raquel

La denuncia no se sostuvo demasiado, dos días más tarde, el viernes 6 de septiembre, la Guardia Civil halló con la ayuda de los perros del Servicio Cinológico el coche de la desaparecida a sólo cuatro calles de su vivienda en Villalbilla.

Los investigadores también siguieron los rastros de las comunicaciones telefónicas entre ambos y situaron inequívocamente a la mujer desaparecida en su vivienda de Villalbilla. Ante tales indicios, los guardias se presentaron en la casa del sospechoso y le pidieron entrar para intentar hallar pistas que ayudaran a localizar a su mujer. César se negó y los guardias regresaron el domingo 8 de septiembre con una orden de registro. El marido no estaba en casa, así que pidieron a dos testigos que les acompañara en el registro, tal y como manda la Ley. Al entrar, el hedor a cadáver era insoportable dentro de la casa.

Inducción al homicidio

César apareció mientras se realizaba el registro e hizo un amago de fuga en cuanto vio a los guardias. Allí mismo le detuvieron. Su mujer estaba en el sótano de la casa, tumbada en una posición anómala ante un altar con ofrendas. A su alrededor encontraron numerosos envases de pastillas. El marido de la mujer muerta en Villalbilla no quiso declarar en la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid.

Dos días después, el 10 de septiembre, llegó el informe preliminar de la autopsia: el cadáver de Raquel no tenía signos de violencia y no se había podido determinar la causa exacta de la muerte hasta que se le hicieran los análisis de toxicología. Sin embargo, apuntaba que la muerte pudo deberse a una ingesta masiva de medicamentos dentro de una etiología suicida.

El miércoles 11 de septiembre los guardias pasaron a disposición judicial a César, que ésta vez sí declaro ante el titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Alcalá de Henares. El detenido se declaró inocente de la muerte de su mujer en Villalbilla, pero fue enviado a prisión provisional investigado, de momento, por homicidio, aunque su calificación podría cambiar a imputarle por inducción al homicidio. El investigado se encuentra ahora en la prisión de  Alcalá-Meco mientras continúa la investigación el caso.

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