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Así grabó un sicario la preparación del asesinato del ‘Loco Aroni’ en Ciempozuelos

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Luis Miguel Montero

El 5 de agosto de este año, dos hombres a bordo de una motocicleta tiroteaban y herían de muerte en la localidad madrileña de Ciempozuelos a Renée Jesús Aroni Lima, de 40 años, más conocido como Loco Aroni. Lejos de ser una acción improvisada, el sicario encargado del asesinato grabó unas horas antes el lugar donde iba a realizarlo y las explicaciones pertinentes desde su teléfono móvil para enviarla a sus contratadores en Perú. El asesinato tuvo lugar en la avenida del instituto de esta localidad madrileña a la una de la tarde. Los dos sicarios huyeron en moto y no han sido todavía detenidos.

«Nosotros estamos en el checo (coche). Este hom (hombre) va a venir de acá» comienza el vídeo explicativo. «Va a cruzar por acá y su checo está acá, mira”, añade. Esto significa que no era la primera vez que los sicarios vigilaban sus objetivos puesto que conocían el domicilio de Aroni e incluso su vehículo y el lugar donde estaba aparcado. «Cuando esté cruzando por aquí espero que se pegue a su carro y le doy, mano», en referencia a que va a dispararle cuando esté a punto de subir al coche. «Estamos ya posicionados y la moto está aquí escondida», finaliza el vídeo.

El Loco Aroni era el líder de la banda Los malditos de Bayóbar y se había trasladado a Madrid tras la pandemia del Covid. En España permanecía con una identidad oculta, viviendo en un piso de Ciempozuelos, huyendo presuntamente de los ajustes de cuentas en Perú. Pero se cree que hasta allí le persiguieron sus antiguos compinches con la orden de ejecutarlo. Ésta es al menos una de las hipótesis que maneja ahora mismo la Guardia Civil.

El 5 de agosto, el mismo sicario que grabó el vídeo disparaba a Aroni y a su acompañante de 25 años, que no murió aunque resultó herido. Los dos sicarios contratados, ataviados con un casco que les ocultaba el rostro, hicieron varios disparos desde una moto, la misma que el vídeo muestra en las imágenes. El día 9 de agosto Aroni fallecía en el Hospital 12 de Octubre de Madrid donde había sido trasladado, víctima de cuatro balazos, dos en el tórax y otros dos en el cuello.

Las autoridades peruanas habían perdido su rastro en enero de 2021 cuando fue detenido por participar en una fiesta en pleno confinamiento por la pandemia del Covid-19 en una casa del distrito de La Victoria, en Lima. Al igual que aquí allí estaban prohibidas. En aquella intervención la Policía se incautó de cocaína, marihuana, una pistola y un fusil. Fue enviado a prisión durante seis meses y cuando salió abandonó el país. De hecho, nadie sabía que Aroni estaba en España.

La Guardia Civil, que se hizo cargo de la investigación, todavía no ha efectuado ninguna detención, pero el principal temor es que el suceso no pase por un asesinato puntual de dos sicarios traslados a nuestro país ex profeso para este delito, sino que la ex banda de Aroni y otras hayan montado “oficinas” en España.

La oficina de una banda consiste en tener a una persona que hace vida normal en nuestro país, con un trabajo legal y sin que sea sospechoso de actividades ilegales, pero que se activa a requerimiento de la banda fuera de España y proporcionaría armas e infraestructura a los encargados del crimen cuando llegan a cometerlo en nuestro país. Luego salen de España lo más rápido posible haciendo casi imposible su identificación y detención.

El Loco Aroni era un viejo conocido de la policía peruana, ya que fue acusado en aquel país de participar en el crimen de Carlos Burgos Gonzales, hijo de Carlos Burgos Horna, ex alcalde de San Juan de Lurigancho, un distrito de los 43 que forman la ciudad de Lima. El asesinato del joven de 23 años fue perpetrado en febrero de 2014 a la salida de unas discoteca. Pero Aroni se libró de ser sentenciado por este delito, ya que en 2017, la Cuarta Sala Penal con presos en la Cárcel de la Corte Superior de Justicia de Lima condenó hasta 30 años de prisión a otros cinco delincuentes, considerados autores materiales del asesinato.

Según varios diarios peruanos, la banda de Aroni está acusada de varios asesinatos más, extorsiones, robos, acosos y amenazas. En concreto, la Policía peruana le atribuía un total de siete asesinatos, entre ellos el de Ezequiel Rayos Céspedes, alias Chicharrón y de otros miembros de su banda, en concreto Anthony Munzante y Juan Carlos Roca Morey. En 2016 el Loco Aroni fue detenido y liberado porque había excedido el tiempo en prisión preventiva.

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