Un protagonista gay del documental del Papa alaba su «grandeza» y minimiza la polémica: «Las leyes las hacen los Gobiernos»

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Andrea Rubera, un protagonista del documental del Papa, junto a sus hijos y su pareja Dario De Gregorio después de formalizar su unión civil en 2014. Foto: AFP

Andrea Rubera, uno de los protagonistas del documental ‘Francesco’ estrenado este miércoles en el Festival Internacional de Cine de Roma, ha defendido que la «grandeza» del Papa está en «proponer a la Iglesia que mire a los homosexuales sin caer en categorías», al tiempo que ha asegurado que no le interesa su posición sobre las uniones civiles de homosexuales porque «las leyes las hacen los Gobiernos».

«La mayor grandeza del Papa es proponer a la Iglesia una mirada sobre los homosexuales sin caer en categorías. El Papa defiende que todos somos únicos y a la vez distintos los unos de los otros; que todos somos hijos de Dios, y que no existen soluciones únicas para toda una categoría, sino que hace falta encontrar soluciones únicas para cada uno», ha señalado en declaraciones a Europa Press.

Su historia de amor con su pareja Dario De Gregorio, con quien se casó en 2009 en Canadá y con quien tiene tres hijos, es la antesala a las declaraciones del pontífice reportadas en el film del director ruso Evgeny Afineevsky en las que defiende que los homosexuales «tienen derecho a estar cubiertos legalmente».

Sin embargo, Rubera se ha mostrado «algo sorprendido» de que su historia haya sido de alguna manera «instrumentalizada» al ser vinculada al tema de las uniones civiles. «No tiene nada que ver con esto. No quiero desilusionar a nadie, pero no tiene nada que ver con las uniones civiles. La mía era una petición al Papa mucho más personal e íntima», ha manifestado. Así, ha señalado que la posición del Papa sobre las uniones civiles no tiene mayor interés para él porque «las leyes las hacen los Gobiernos».

En 2015, Rubera asistió a una misa celebrada por el Santo Padre en su residencia de Casa Santa Marta y aprovechó la ocasión para entregarle en persona una carta en la que le expresaba sus inquietudes sobre si era o no «correcto» llevar a sus hijos a la Iglesia. «Tenía miedo de que sufrieran, de que fueran juzgados por tener dos padres del mismo sexo por su familia», ha detallado.

Tres días después el Papa le llamó por teléfono: «No fue una llamada en términos formales, como la que te esperarías de un pontífice, sino una conversación extremadamente familiar y pastoral. Me invitó a explicar al párroco mi situación de forma transparente y me aseguró que tanto yo como mi familia seríamos acogidos sin ningún problema en la Iglesia».

«No he hablado de política con el Papa»

De este modo, ha subrayado su perplejidad tras constatar que el documental del director ruso Afineevsky conectaba la llamada telefónica que recibió del Papa con el tema de las uniones civiles. Y ha precisado a este respecto: «No he hablado nada de política con el Papa. Hemos hablado de una historia muy personal e íntima. Que no tiene nada que ver con leyes que las hacen los gobiernos». «Hablando conmigo, el Papa no me estaba hablando como si yo perteneciese a la categoría de LGTB, sino como el señor Rubera. Y esta es la clave», ha asegurado a continuación.

No obstante, Rubera ha asegurado que el documental, en líneas generales, le ha gustado si bien ha restado importancia a su historia personal porque –a su juicio– hay «otros aspectos mucho más bonitos e importantes que mi propia historia».

De este modo, ha señalado que, en su opinión, el tema más relevante del documental es cómo consigue destacar «el compromiso del Papa con los oprimidos de todo el mundo». «Por ejemplo, su atención a las minorías étnicas, como los musulmanes rohinyá de Birmania, que no están en la agenda de ningún político y que han sido olvidados por todos. Él ha tomado partido por ellos a nivel internacional y esto me ha parecido loable», ha concluido.

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