Dieta paleo: pros y contras de la alimentación paleolítica
En los últimos años ha surgido una dieta revolucionaria que pretende devolvernos a los orígenes del ser humano. Es la dieta paleo, también conocida como la dieta de la edad de las cavernas, época en la que los primeros hombres eran cazadores recolectores y estaban conectados totalmente con la naturaleza. Otros especialistas prefieren denominarla “nutrición evolutiva” para ir más allá del concepto “paleo” que lanzó su impulsor, el doctor Loren Cordain.
Esta dieta tiene sus defensores y detractores, aunque la mayoría de los especialistas consideran que es un buen punto de partida para mantenerte delgado, fuerte y con energía siempre que se huya de los dogmatismos. La dieta paleo se basa en consumir frutas, vegetales, nueces y semillas, pescados y mariscos, carnes magras y grasas saludables. Los alimentos a evitar son los lácteos, las legumbres, los cereales los alimentos procesados, los azúcares, los almidones y el alcohol.
Una vez que conoces la lista de productos que no se deben ingerir es fácil adivinar dónde está la gran polémica de este método de nutrición. Nuestras madres y abuelas llevan siglos enseñándonos que las legumbres son muy buenas para el desarrollo físico y mental, lo que se puede hacer extensivo a los cereales y a los lácteos. Sin embargo, los defensores de esta dieta señalan que ambos alimentos tienen más contras que pros, por lo que deben evitarse.
Prohibidas las legumbres, los cereales y los lácteos
Comencemos por las legumbres. Los partidarios de esta dieta indican que no son una buena fuente de proteínas, que son difíciles de digerir (y por lo tanto no permiten la correcta absorción de nutrientes) y que contienen elevados niveles de fitatos y lectinas que son malas para nuestra salud.
En cuanto a los cereales, la principal crítica de los defensores de la dieta paleo es que contienen gluten, una traza que ningún sistema digestivo humano puede digerir y que en algunas personas genera alergia. Además, se trata de un alimento con pocos minerales y vitaminas, tienen un elevado índice glucémico (exceso de azúcar) y favorecen no consumir otras fuentes de carbohidratos más saludables.
Y los lácteos, el otro gran enemigo de los defensores de esta “nutrición evolutiva”, son perseguidos por la indigestión que provoca la lactosa, el incremento de insulina que genera y, lo que más sorprende a los no iniciados: que al ser pobres en magnesio y vitamina C no favorecen la absorción del calcio. Por eso los que impulsan este tipo de dieta –que hace furor en los que practican crossfit– creen que la única forma de fortalecer los huesos es con ejercicio físico.
Las personas que realizan esta dieta aseguran que evitan los picos de hiperglucemia e hipoglucemia (reduciendo el riesgo de diabetes), eluden enfermedades auto–inmunes, tienen menos probabilidad de sufrir problemas cardiovasculares, pierden peso, se sacian comiendo menos cantidades, duermen mejor, reducen las inflamaciones (con y sin lesiones) y mejoran el estado de su piel. Todo ello gracias a ingerir menos productos químicos, azúcares, grasas perjudiciales y sales.
¿Qué piensan los detractores de la dieta paleo?
Ahora que ya conoces la postura de los defensores de la dieta paleo es hora de conocer lo que piensan sus detractores. Existe una gran corriente de especialistas que no sólo pone en duda la eficacia de este sistema de nutrición, sino que considera que es perjudicial para la salud. Su elevado consumo de carne y la renuncia a los carbohidratos son los principales factores que esgrimen los críticos para rechazar este tipo de dieta.
Un reciente estudio de la Universidad de Chicago respalda la tesis de los críticos, al demostrar científicamente que el desarrollo del cerebro de los seres humanos –y por lo tanto el germen de la evolución– se produjo gracias al consumo de grandes cantidades de almidón y carbohidratos presentes en los cereales.
El equipo de investigadores liderado por la doctora Karen Hardy apunta a que la sustitución de la dieta vegetariana por otra más intensiva en el consumo de cereales fue fundamental para los seres humanos, especialmente cuando se cocinaron permitiendo que el almidón se transformara en glucosa, sirviendo de gasolina para las cada vez mayores necesidades de energía de los hombres de las cavernas.
“Hasta ahora ha habido una gran atención en el papel que la proteína animal y la cocina han tenido en el desarrollo del cerebro humano durante los últimos dos millones de años, y la importancia de los carbohidratos, especialmente en forma de comidas ricas en almidón, ha sido totalmente pasada por alto”, explicó en la presentación del estudio la doctora Hardy.
No es el único trabajo académico que pone en tela de juicio la dieta paleo. Otro trabajo publicado por la Universidad de Sydney revela que las dietas bajas en proteínas y altas en carbohidratos aumentan en el organismo los niveles de una hormona (la FGF21) a la que se le atribuyen múltiples efectos saludables, entre ellos, el de contribuir a la longevidad.
Una vez que ya conoces los pros y los contras de la “nutrición evolutiva” tienes los suficientes elementos de juicio para saber si te conviene, aunque lo más adecuado es acudir a un especialista antes de realizar cualquier tipo de dieta. Sólo así sabrás el efecto que tiene en tu salud.
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