¿Qué problemas oculares se ven en las pestañas?
Tienen una función protectora frente a la radiación solar y sirven para evitar la entrada de agentes externos al interior del ojo
La blefaritis causa irritación y enrojecimiento y es un trastorno crónico que no es fácil de tratar
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Colorantes, permanentes, extensiones, ‘liftings’, productos revitalizadores… Las pestañas están de moda y pestañeamos más de 20.000 veces al día, sostiene la farmacéutica Carmen Bauzá, quien ha constatado que los tratamientos para lucirlas perfectas y «enmarcar la mirada» proliferan.
Bauzá explica que las pestañas no sólo enmarcan la mirada y belleza del rostro, sino que tienen una función protectora porque sirven para evitar la entrada de agentes externos al interior del ojo y frente a la radiación solar, a la vez que ha alertado acerca de la agresividad de algunos tratamientos de pestañas.
Con todo, ¿Qué problemas oculares se ven en las pestañas? El jefe de Servicio de Oftalmología del Hospital Quirón salud Marbella (Málaga) y San José (Madrid), Nabil Ragaei Kamel, explica para OKSALUD, que en las pestañas se ve rápidamente si un paciente padece blefaritis. «Se trata de una inflamación de los párpados que, normalmente, afecta a ambos ojos a lo largo de los bordes de los mismos y suele aparecer cuando se obstruyen las glándulas sebáceas cerca de la base de las pestañas».
El especialista en Oftalmología detalla que la blefaritis causa irritación y enrojecimiento y que detrás de ella pueden encontrarse varias enfermedades y trastornos pero, en líneas generales, no provoca daños permanentes en la visión ni es contagiosa, aunque es un trastorno crónico que no es fácil de tratar, además de que sufrirla es incómodo y antiestético.
«Los signos más evidentes que vemos los oftalmólogos para diagnosticar una blefaritis son unos ojos llorosos y rojos, ardor, escozor, picor, párpados ‘grasosos’, pegados e hinchados y, en lo que a las pestañas se refiere, suelen presentar costras, además de descamación de la piel alrededor», relata el oftalmólogo.
Las pestañas también denotan la presencia de algunos parásitos, y, en otro orden de cosas -asegura Nabil Ragaei Kamel- nos demuestran que un paciente está sometido a un tratamiento local con colirio de glaucoma.
¿Tratamientos de belleza perjudiciales?
La farmacéutica Carmen Bauzá sostiene que «hay un boom de pestañas y nos gustan infinitas», pero ha explicado que «es imprescindible incluir en nuestra rutina de belleza productos para el cuidado de las pestañas para mantenerlas sanas y bellas».
La experta, también responsable de Formación de Belcils, de Laboratorios Viñas, ha explicado que sentir con frecuencia picor, escozor y enrojecimiento «es una llamada de atención» para saber que se tienen ojos sensibles, lo que se produce por factores como factores ambientales, malos hábitos (‘waterproof’, rizadores, etc.) y tratamientos estéticos (tintes, ‘lifting’, extensiones…), además de la edad -son más sensibles a la luz a partir de los 40 años; fotofobia con la luz clara), alergias, infecciones, cuerpos extraños, productos químicos, etc.
El ciclo de vida del pelo
«Cada pestaña va a su ritmo en este ciclo, no todas están en la misma fase a la vez», ha declarado Bauzá y ha enumerado tres fases del ciclo de vida en el crecimiento del pelo de la pestañas, basado en la salud y tamaño del folículo piloso:
- Fase de crecimiento (anágena): la pestaña está «chupando del bote»; se determina la longitud y grosor del pelo y dura de 4-8 semanas.
- Fase de reposo (catágena): 15 días.
- Fase de caída (telógena): 6-8 meses; el pelo se separa del bulbo y deja de recibir nutrientes y oxígeno, mientras empieza a crecer un nuevo pelo en la papila dérmica.
«La inmensa parte de la vida de la pestaña está en fase de caída, como un barco entre dos cabos a la deriva agarrándose al ojo. La pestaña estará anclada la mayor parte de su vida anclada a la piel con dos cabos, que no están preparados para que llegue un buque con un peso extra de la pestaña artificial que originará que se pierda el anclaje», ha expresado la farmacéutica. A partir de la caída empieza de nuevo el ciclo y un nuevo crecimiento del pelo.
«La pestaña dañada volverá a crecer, pero el proceso se volverá a dar siempre que el folículo no esté dañado de manera permanente. Hay un número finito de crecimiento del folículo. Si está afectado, nos pasamos, dirá que hasta aquí. Un ejemplo es la depilación de las cejas de los años 80», ha explicado.
Con todo, Bauzá alerta de que someterse a tratamientos para embellecer las pestañas puede dañarlas y cita entre los riesgos más comunes una reacción alérgica a los productos utilizados, incluso al adhesivo utilizado; el peso de las extensiones, factor que puede acelerar la caída de la pestaña, así como dañar el folículo piloso; deshidratación, debilitamiento y rotura del pelo natural y reducción de la longitud de la pestaña. Y así nos invita a un «ritual de cuidado y belleza completo, que puede ser de prevención y mantenimiento o un tratamiento intensivo y de choque para pestañas dañadas».
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