4 motivos por los que las mujeres huyen de las pesas

4 motivos por los que las mujeres huyen de las pesas
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Las mujeres detestan las pesas. Resulta muy extraño entrar en un gimnasio y encontrarte a alguna en una máquina de fuerza. Por lo general los músculos suelen tener mejor acogida en los chicos, pero ellas no se encuentran a gusto con un brazo muy voluminoso o con unas piernas excesivamente musculados. Si a ello se le une que también hay un ensanche de los hombros, entonces ya hay todos los motivos necesarios para escapar del gimnasio. En este artículo te detallamos los 4 motivos por los que las mujeres huyen de las pesas.

Hay que dejar bien claro desde el principio que el trabajo de fuerza aporta al organismo unos beneficios totalmente distintos a los que se consiguen en el yoga, en pilates o en los entrenamientos de cardio, por eso se recomienda hacer pesas al menos una o dos veces a la semana. Las mujeres que practican running saben que una sesión por lo menos semanal es necesaria para ganar en potencia y prevenir la aparición de distintas molestias.

1-Tener los brazos de un culturista: la gran preocupación de las mujeres cuando se adentran en el gimnasio es la ganancia de volumen y músculo. Siempre se nos viene a la mente el cuerpo de los culturistas o del propio Arnold Schwarzenegger, pero para que los músculos crezcan a esos niveles hay que realizar un entrenamiento enfocado en exclusiva a la ganancia de volumen, además de hormonas.

Por lo tanto no creas que por levantar unas mancuernas de 2,5 kilos vas a ganar demasiado volumen. Eso sí, no te conformes siempre con el mismo peso, ya que si quieres evolucionar en el entrenamiento se hace preciso que vayas variando los ejercicios y la carga.

2-Dudas sobre los pesos adecuados: al contrario de lo que ocurre con los chicos, ellas pasan de largo sobre la zona de musculación y se dirigen al área de cardio. Les cuesta identificar el peso más adecuado ni tampoco tienen muy claro que grupos musculares se deben ejercitar.

En los comienzos se recomienda utilizar el peso de su propio cuerpo como resistencia, para a continuación ir incrementando la carga en 2,5 o 5 kilos. Cuando notemos que ya no nos cuesta tanto levantar una carga optaremos por incrementar el peso.

3-La única mujer de la sala: en la sala de musculación de los gimnasios predominan los deportistas masculinos. No te sientas incómoda con ello. La gente suele estar concentrada en su trabajo y apenas te prestará atención. Puede que al principio te resulte un tanto extraño, pero te irás acostumbrando.

4-El trabajo de fuerza no quema grasas: muchas de las personas que acuden a un gimnasio quieren ponerse en forma y quemar el mayor número posible de calorías, así que recurrirán por lo tanto a la cinta de correr, a la elíptica o a cualquier ejercicio que le ayude a sudar. Sin embargo, se pueden quemar calorías si se convierte la grasa en músculo, incluso una vez que finalice la sesión preparatoria. Por lo tanto no dudes en incluir en tu rutina el trabajo de fuerza.

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