La mezcla de anticoagulantes con analgésicos duplica el riesgo de hemorragias
Los pacientes anticoagulados tienen más riesgo de hemorragia interna si consumen fármacos como el ibuprofeno
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Son de sobra conocidos por la mayoría de la población adulta, por no decir el 100%. Hablamos de los antiinflamatorios no esteroideos, los famosos AINE. Se trata de un grupo de medicamentos ampliamente usados para tratar el dolor, la inflamación y la fiebre. Incluyen medicamentos tan conocidos como el ácido acetil-salicílico (Aspirina), ibuprofeno, indometacina, diclofenaco, piroxicam, etc, argumenta la Fundación Española del Aparato Digestivo.
La institución insiste en que se trata de medicaciones que han contribuido de forma muy importante a mejorar la calidad de vida del ser humano, aliviando síntomas como los citados anteriormente, y ayudando a controlar enfermedades incapacitantes como las enfermedades reumáticas. Además, algunos de ellos, como el ácido acetil-salicílico, se usan en la prevención y tratamiento de enfermedades vasculares tan importantes como el infarto de miocardio o los accidentes vasculares cerebrales, debido a que tienen la propiedad de disminuir la capacidad de las plaquetas para unirse y formar trombos (efecto antiagregante).
Pero, también, recuerda que estos medicamentos, por su mecanismo de acción, pueden producir efectos no deseables en el organismo y, muy especialmente, en el aparato digestivo. Entre ellos cabe destacar la producción de lesiones en la mucosa que recubre la superficie interna de todo el tubo digestivo, en especial del estómago y duodeno, provocando la aparición de erosiones o úlceras que pueden llegar a sangrar, causando una hemorragia digestiva, o incluso a perforar la pared del órgano donde asientan.
Tromboembolia venosa
La tromboembolia venosa (TEV), es una afección que ocurre cuando se forma un coágulo de sangre en una vena. Incluye la trombosis venosa profunda (TVP) y la embolia pulmonar. Afecta aproximadamente a 1 de cada 12 personas, como se refleja en un estudio de ‘Nature Reviews Cardiology’
Los anticoagulantes orales directos (ACOD) se prefieren cada vez más a los antagonistas de la vitamina K para el tratamiento de la TEV debido a su eficacia comparable y menor riesgo de sangrado. Sin embargo, todos los anticoagulantes orales aún aumentan el riesgo de sangrado, como se refiere en un ensayo de ‘European Journal of Endovascular and Endovascular Surgery’.
Pues bien, ahora llega una nueva investigación, la más grande de su tipo, mediante la que se muestra que las personas que toman medicamentos anticoagulantes duplican su riesgo de sufrir una hemorragia interna si toman un tipo de analgésico como los AINE El estudio ha sido publicado en ‘European Heart Journal’.
La investigación fue realizada por un equipo del Hospital Universitario de Aarhus (Dinamarca). Utilizaron datos de registros nacionales daneses sobre 51.794 personas a las que se les administraron anticoagulantes para tratar un coágulo sanguíneo entre 2012 y 2022.
En Dinamarca, el diclofenaco y el naproxeno son medicamentos que se venden con receta médica, y alrededor del 75% del ibuprofeno está disponible con la misma en lugar de sin receta. Esto permitió a los investigadores comparar la proporción de personas que tomaban anticoagulantes y sufrieron una hemorragia interna mientras tomaban un AINE o no.
Los hallazgos
En general, los investigadores descubrieron que el riesgo de sangrado era 2,09 veces mayor cuando las personas tomaban un AINE y un anticoagulante, en comparación con quienes tomaban un anticoagulante y ningún AINE. El riesgo para el ibuprofeno era 1,79 veces mayor, para el diclofenaco, 3,3 veces mayor y para el naproxeno, 4,1 veces mayor.
El riesgo de hemorragia intestinal con el uso de AINEs fue 2,24 veces mayor. El de hemorragia cerebral (3,22); en los pulmones, el riesgo de hemorragia aumentó 1,36 veces, mientras que en las vías urinarias fue 1,57 veces mayor. También se triplicó el riesgo de anemia causada por hemorragia.
Los científicos analizaron varios tipos de anticoagulantes (incluidos rivaroxabán, apixabán, dabigatrán, edoxabán y warfarina) y encontraron un patrón de riesgo similar.
La opinión
El autor del estudio, el Sr. Søren Riis Petersen, del Hospital Universitario de Aarhus, ha afirmado en un comunicado: «Hemos descubierto que en el caso de los pacientes que toman anticoagulantes para tratar coágulos sanguíneos en las piernas o los pulmones, el uso de AINE duplica el riesgo de hemorragia en comparación con el de quienes no hacen uso de ellos. El aumento del riesgo de hemorragia asociado con el uso de AINE no se limita al tracto digestivo, sino que también parece afectar a otros sistemas orgánicos».
Y ha insistido: «En el caso de las personas que toman anticoagulantes para tratar coágulos sanguíneos en las piernas o los pulmones, nuestra investigación destaca la importancia de ser cautelosos al considerar los AINE para el dolor o la inflamación. Recomendamos que los pacientes consulten a su médico antes de tomar AINE junto con un anticoagulante».
En un editorial que acompaña al trabajo el profesor Robert F Storey, de la Universidad de Sheffield, Reino Unido, ha recalcado lo que comentábamos al inicio de este artículo: «Los anticoagulantes orales (ACO), incluidos los antagonistas de la vitamina K (AVK) como la warfarina y los anticoagulantes orales de acción directa (ACOD) apixabán, dabigatrán, edoxabán y rivaroxabán, son fundamentales para el tratamiento y la prevención de una variedad de afecciones trombóticas, incluida la tromboembolia venosa (TEV), un término que abarca la trombosis venosa profunda y la embolia pulmonar».
Y ha insistido: «Todos los ACO disponibles actualmente aumentan el riesgo de hemorragia. En el tratamiento de la TEV, a una proporción significativa de pacientes, se les recomienda ACO a largo plazo, lo que significa que el riesgo acumulativo puede ser considerable. El sangrado relacionado con los ACO puede variar desde eventos que generalmente se consideran triviales, por ejemplo, hematomas superficiales o sangrado de las encías, hasta sangrado importante, asociado con discapacidad significativa o incluso la muerte».
Además, ha explicado: «Los AINE se utilizan con mucha frecuencia por sus propiedades analgésicas, antipiréticas y antiinflamatorias. Representan el 8 % de las recetas en todo el mundo, pero también están disponibles sin receta y se consumen en grandes cantidades cada año. Parece claro que evitarlos en combinación con ACO es la estrategia más segura para evitar un riesgo excesivo de hemorragia. Sin embargo, si esto no es posible, ¿qué medidas de mitigación se pueden tomar? La prescripción de AINE debe ser obviamente en la dosis más baja y durante el menor tiempo posible, pero la elección del agente y la vía también pueden ser importantes».