Neurología

El dolor crónico se puede predecir dentro de los tres días posteriores a una lesión

El dolor crónico supone una carga importante para la sociedad y afecta gravemente al bienestar físico y emocional de millones de pacientes en todo el mundo

Cómo se relacionan la ansiedad y el dolor

dolor crónico
El dolor crónico afecta gravemente al bienestar físico y emocional de millones de pacientes.

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Suele producirse, la mayoría de las veces en accidentes automovilísticos, especialmente cuando hay un choque por detrás de forma inesperada, mientras los músculos están relajados y no logran evitar el movimiento. También por otras situaciones como, movimientos bruscos, como caídas o giros de cuello antianatómicos. Nos referimos al latigazo cervical.

Conocido también llamado lesión cervical de aceleración-desaceleración, se produce cuando algo provoca un fuerte y súbito movimiento en el cuello que lo lleva violentamente hacia delante y hacia atrás.

Ahora llega una nueva investigación que demuestra que sólo de uno a tres días de una lesión por latigazo cervical, los científicos pueden predecir qué pacientes desarrollarán dolor crónico basándose en el grado de comunicación cruzada entre dos regiones del cerebro y el nivel de ansiedad de la persona después de la lesión, como se destaca en el trabajo, publicado en ‘Nature Mental Health’ que ha sido realizado por investigadores del Northwestern Medicine (EE.UU.)

Especialmente, la investigación ha demostrado que cuanto más se comunicaba el hipocampo (el centro de la memoria del cerebro) con la corteza (que participa en el almacenamiento de la memoria a largo plazo), más probabilidades tenía la persona de desarrollar dolor crónico. Además, cuanto mayor era la ansiedad de una persona inmediatamente después del accidente de tráfico, con mayor precisión podían los científicos predecir el dolor crónico que la persona sentía un año después del accidente.

El primer trabajo de su tipo

Este es el primer estudio que demuestra que sólo unos días después de una determinada lesión, el cerebro puede adaptarse de forma que entrañe un riesgo de desarrollo de dolor crónico.

Según ha declarado en un comunicado el primer autor del informe, Paulo Branco, profesor adjunto de anestesiología y medicina del dolor en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, se cree que la comunicación entre el hipocampo y la corteza cerebral es la responsable de la formación de nuevos recuerdos relacionados con el accidente y el dolor de los sujetos. «El hipocampo es responsable de consolidar los nuevos recuerdos en recuerdos duraderos», ha insistido,

Aunque los investigadores no saben por qué esta mayor conectividad es un factor de riesgo para el dolor crónico, plantean la hipótesis de que el cerebro de estos individuos ha codificado una fuerte memoria que asocia un movimiento de cabeza y cuello con el dolor. «Esto genera expectativas y asociaciones. Si el recuerdo tiene un alto significado emocional, hace que los pacientes asocien ese movimiento con el dolor. Cuando el cerebro recibe esas señales, les presta más atención en función de los recuerdos dolorosos que se formaron a raíz del accidente», ha referido el experto

Y ha insistido: «Aunque solemos pensar que el dolor está relacionado únicamente con una lesión, es el cerebro el que realmente crea la experiencia del dolor. El cerebro toma la decisión sobre si un movimiento debe ser doloroso o no, y creemos que esto puede depender de experiencias previas almacenadas en la memoria».

Prevención

Apkar V. Apkarian, director del Centro de Investigación Traslacional del Dolor y profesor de neurociencia en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, ha aclarado: «Ahora que sabemos que existe un período crítico en el que esto sucede, podemos centrar nuestros esfuerzos de tratamiento en esta etapa temprana para prevenir el dolor crónico en lugar de intentar curarlo, lo cual es mucho más difícil».

Y ha añadido: «Dado que la ansiedad desempeña un papel importante en los cambios cerebrales, es posible que tratar la ansiedad inmediatamente después de la lesión pueda detener estos cambios, posiblemente mediante ansiolíticos u otros medicamentos. También es posible desarrollar tratamientos novedosos que se centren en la actividad y la conectividad del hipocampo mediante farmacología o técnicas de neuromodulación».

El laboratorio de Apkarian ha demostrado en investigaciones publicadas anteriormente que, más allá de los parámetros de la lesión, el cerebro desempeña un papel fundamental en el desarrollo y mantenimiento del dolor crónico. Pero hasta ahora, los mecanismos que lo regulan seguían siendo poco conocidos. ¿Cómo y por qué el cerebro predispone a los pacientes a desarrollar dolor crónico? ¿Y existe un período crítico durante el cual se producen cambios cerebrales que ponen a los pacientes en riesgo de sufrir dolor crónico? El nuevo estudio responde a esas preguntas.

Dolor crónico

El dolor crónico supone una carga importante para la sociedad y afecta gravemente al bienestar físico y emocional de millones de pacientes en todo el mundo. Sólo en EE.UU,  unos 3,3 millones de adultos sufren actualmente dolor crónico tras una lesión por latigazo cervical, y muchos más sufren otras afecciones de dolor crónico. Los tratamientos actuales para el dolor crónico siguen siendo mínimos e inaceptables, afirmaron los investigadores, y como resultado, una gran proporción de pacientes consumen opioides, lo que contribuye a la actual epidemia nacional de opioides.

Cómo funcionó el estudio

Este estudio longitudinal a gran escala se llevó a cabo mediante una colaboración entre el Instituto Tecnológico Technion-Israel, la mencionada Universidad Northwestern y la Universidad McGill. Los investigadores recopilaron el conjunto de datos de imágenes cerebrales longitudinales más grande hasta la fecha, con más de 200 pacientes con latigazo cervical reclutados, 177 de los cuales completaron pruebas de imágenes por resonancia magnética. E

El objetivo del estudio era identificar los predictores tempranos de la transición del dolor agudo al crónico. Esta población de pacientes brindó una oportunidad única para estudiar los cambios cerebrales tempranos después de la lesión, ya que el inicio del dolor se puede rastrear hasta el momento del accidente. Los datos se recopilaron desde marzo de 2016 hasta diciembre de 2021.

Los pacientes se sometieron a una resonancia magnética funcional en los tres días siguientes a la lesión, lo que permitió a los investigadores examinar la actividad cerebral en las regiones implicadas en el aprendizaje y la memoria en este momento crítico. A continuación, se hizo un seguimiento de estos pacientes durante los siguientes 12 meses para evaluar los niveles de dolor y hacer un seguimiento de los individuos que desarrollaron dolor crónico y los que se recuperaron. Los participantes también realizaron una amplia gama de pruebas psicológicas y psicofísicas, que los investigadores utilizaron para complementar los hallazgos de las imágenes cerebrales.

¿Qué sigue en esta investigación?

A corto plazo, los investigadores planean estudiar más a fondo los mecanismos subyacentes a la respuesta del hipocampo a las lesiones, evaluando qué factores fisiológicos adicionales (cortisol, inflamación) y psicológicos (trastornos relacionados con traumas y estrés, miedo al movimiento) pueden impulsar aún más estos mecanismos cerebrales. También pretenden comprobar si estos hallazgos son generalizables a otras afecciones de dolor crónico. A largo plazo, el objetivo es abordar estas respuestas desadaptativas poco después de la lesión para comprobar su papel causal en el desarrollo del dolor crónico. Esto podría implicar el uso de tratamientos farmacológicos, terapia cognitivo-conductual o estimulación magnética transcraneal.

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