¿La mala visión infantil puede provocar retraso en el aprendizaje?
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La visión es uno de los factores que más influye en el rendimiento escolar de los niños. Miranza, grupo líder en oftalmología en España, recuerda que los niños perciben el alrededor del 85% de la información de su entorno a través de los ojos, por lo que una agudeza visual mal corregida o unos movimientos oculares anómalos pueden provocar un retraso importante en su aprendizaje y rendimiento escolar. Los especialistas recomiendan prestar especial atención a la salud ocular de los más pequeños ante determinados síntomas visuales y realizar una revisión oftalmológica antes de empezar el nuevo curso.
Desde Miranza, los expertos en oftalmología pediátrica recuerdan que para que los niños vean de forma correcta, tan importante es que el ojo y el área visual del cerebro estén sanos, como que reciban la estimulación adecuada. Las patologías oculares y problemas que no se diagnostican y tratan durante la etapa de desarrollo de la visión (generalmente hasta los 8 años), pueden comportar una limitación visual crónica en la edad adulta.
El Dr. José Visa, especialista en Oftalmología Pediátrica de IMO Miranza, afirma que «la agudeza visual se desarrolla desde el nacimiento hasta los 8 años. A partir de esta edad, cualquier problema que no se ha tratado, como el ojo vago, puede convertirse en crónico e irreversible en la vida adulta».
Por su parte, el Dr. Martim Azevedo, Especialista en Miranza IOA, señala que «los padres cada vez son más conscientes de llevar a los niños al oftalmólogo, aunque dudan sobre a qué edad hacerlo. Entre los cuatro o cinco años, antes de que entren a primaria, es una buena edad, salvo que observen alguna cosa que les preocupe antes». Según el especialista, «es conveniente que se hagan una revisión anual para ver que está todo bien, pudiendo plantearla de cara a volver al colegio para confirmar que el niño tiene bien la visión, que ve bien la pizarra y que va a estar en perfectas condiciones para empezar el año escolar».
Enfermedades más comunes
Entre las patologías más comunes, la ambliopía, comúnmente conocida como «ojo vago», es la causa más frecuente de pérdida de visión en niños y afecta a cerca de un 4% de los más pequeños, aunque la pérdida de visión que provoca puede mantenerse durante la edad adulta si no se soluciona a tiempo en la infancia. Una de las principales señales de ojo vago infantil es el hecho de acercarse mucho los objetos a la cara.
Por otro lado, los defectos refractivos (hipermetropía, miopía y astigmatismo) son unos de los problemas de visión más comunes en edad pediátrica, ya que afectan a 1 de cada 5 niños. Estas patologías provocan mala visión por el desenfoque de los objetos en la retina, de modo que la imagen que llega al cerebro no es nítida. «La hipermetropía es un ojo más corto de lo normal y la miopía es un ojo más largo. Los niños, normalmente, son hipermétropes porque el ojo es pequeño y más corto que en los adultos y cuando el niño crece, el ojo va creciendo con él y la tendencia que tiene es a ser emétropes, es decir, no tener graduación cuando llegan a ser adultos. Cuando un niño de pequeño es hipermétrope, la tendencia que tiene esa graduación es a bajar. Esto es lo que muchas veces llamamos hipermetropía fisiológica, que es una hipermetropía que luego de adulto se quita», indica el Dr. Azevedo.
El oftalmólogo añade que «el hecho de llevar la gafa desde pequeños va a permitir al niño tener lo que llamamos un desarrollo visual normal evitando tener un ojo vago. Muchas veces los ojos vagos se acaban torciendo para adentro o para fuera. Si corregimos al niño desde pronto, también podemos evitar, aparte de tener un ojo vago, tener un estrabismo». Asimismo, aunque en una proporción mucho menor, los menores pueden padecer cataratas congénitas, estrabismo infantil, ptosis palpebral congénita o un glaucoma congénito.
Por todo ello, los expertos de Miranza señalan que el inicio del nuevo curso escolar es un buen momento para revisar la visión de los más pequeños, de forma que esta no afecte al rendimiento escolar, y recomiendan seguir una serie de pautas para garantizar la mejor salud ocular de los niños.
Pautas para garantizar la mejor salud
1. Acudir al especialista entre los cuatro o cinco años, antes de que empiecen primaria, salvo que se perciba alguna anomalía antes.
2. Es conveniente que los más pequeños se hagan una revisión anual la cual se puede plantear de cara a volver al colegio con el objetivo de confirmar que el niño está viendo bien y en perfectas condiciones para empezar el año escolar.
3. Para detectar anomalías, es importante mostrar atención ante determinados síntomas visuales. En niños de menos de 1 año, una de las señales más importantes es el desinterés en coger juguetes u objetos o evitar mirar a la cara de los padres. A partir de esa edad, hay otros síntomas motivo de preocupación como si se acercan al televisor u otras pantallas para ver mejor, si tienen desinterés o dificultades con la lectura o si padecen dolores de cabeza al final del día.
4. Tener espacios que dispongan de una buena iluminación cuando lean, dibujen o hagan deberes, para que no sea necesario forzar la vista también protegerá su visión.
5. Por último, intensificar las actividades y deportes al aire libre para evitar el uso de pantallas y dispositivos móviles, es beneficioso para mejorar la salud visual y la salud general de los más pequeños.