Los expertos avalan un tratamiento para la alopecia en adolescentes

La alopecia areata afecta de forma severa a los pacientes en este tramo de edad

«La alopecia estacional también puede verse favorecida por el estrés y el cansancio»

Alopecia adolescentes
La alopecia areata es la segunda causa más frecuente de caída del cabello.

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Un ensayo clínico que ha llevado a cabo un equipo de investigación de la Universidad de Yale muestra que el medicamento ritlecitinib puede ser una opción segura y prometedora para tratar adolescentes que padecen pérdida de cabello por alopecia areata, una condición que puede afectar de forma severa a la apariencia, con las consecuencias que esto conlleva. El fármaco en cuestión ya se había evaluado con esta indicación en adultos, con buenos resultados. Los nuevos datos avalan su empleo en pacientes jóvenes.

La alopecia areata es una enfermedad autoinmune que se caracteriza por la aparición súbita de áreas en las que cae el cabello. Según su localización (más o menos cerca de la cara) o su alcance, es muy común que afecte de forma sustancial a la apariencia de los pacientes. La alopecia areata es la segunda causa más frecuente de caída del cabello. En Estados Unidos afecta a 7 millones de personas. No se conoce a ciencia cierta su alcance en España, aunque algunos estudios la cifran entre el 0,7% y el 3,8% de las causas de consulta a los dermatólogos.

El medicamento que han estudiado en Yale pertenece a la familia de los denominados inhibidores JAK. Otros fármacos de este tipo se emplean de forma habitual para tratar la artritis reumatoide y algunas enfermedades de la sangre. En los últimos tiempos los expertos han empezado a estudiar sus efectos en una variedad de enfermedades cutáneas para las cuales no existían terapias, además de este tipo de alopecia. El dermatólogo Brett King, de la Universidad de Yale, ha firmado numerosos estudios al respecto durante más de una década.

El año pasado, la agencia estadounidense del medicamento (FDA, o Food and Drug Administration) aprobó el uso de baricitinib (otro inhibidor JAK) para tratar la alopecia areata. King, que fue el principal investigador en los ensayos que sirvieron para la autorización -limitada a pacientes adultos- también ha firmado este último trabajo.

Al darse a conocer los resultados, este profesor de la facultad de medicina de Yale ha dicho: «Este nuevo estudio es un enorme avance para el tratamiento de la alopecia areata porque en el ensayo clínico se incluyeron adolescentes además de adultos». El estudio completo puede consultarse en la revista científica The Lancet. Asimismo, ha recordado que, puesto que la enfermedad afecta con frecuencia a niños y adolescentes, es una aportación de una enorme importancia.

Metodología del estudio

En el estudio en fase III se incluyeron 718 sujetos entre los cuales había más de 100 adolescentes, tratados en 118 hospitales y clínicas de 18 países. Todos los participantes, al margen de su edad, sufrían pérdida de cabello que afectaba como mínimo al 50% de su cuero cabelludo a consecuencia de esta enfermedad. Tras 24 semanas de recibir terapia con el fármaco, muchos pacientes experimentaron un crecimiento completo o casi completo del cabello en las zonas afectadas, de acuerdo con los resultados del trabajo.

Con el uso continuado durante otras 24 semanas el número de pacientes que alcanzó ese objetivo fue aún mayor. La medicación fue bien tolerada en el periodo de seguimiento contemplado en este trabajo. Los autores llamaron la atención sobre el hecho de que los resultados fueron similares en todos los grupos de edad.

«La alopecia areata causa muchas veces un sufrimiento enorme, tanto en niños como en adultos. Ser joven ya es difícil de por sí, así que imagínense lo que es ser un chaval con enormes calvas, al que le falta una ceja, o sin cabello en absoluto; puede ser un suplicio», ha explicado el investigador.
De hecho, King ha recordado que recientemente una paciente joven con esta enfermedad se suicidó por el constante acoso que sufría en el colegio. «No queremos que vuelva a pasar algo así», ha dicho. Ya se ha puesto en marcha un ensayo clínico para estudiar el tratamiento a largo plazo.

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