Dr. A. Peiró García: «El verano es el mejor momento para detectar escoliosis en niños y adolescentes»
“La escoliosis se puede sospechar al observar una diferencia en la altura de los hombros, asimetría en la cintura o abdomen, una cadera más alta o una escápula más prominente”

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La escoliosis es una enfermedad musculoesquelética que afecta principalmente a niños y adolescentes en pleno desarrollo. La Sociedad Española de la Columna Vertebral (GEER) lanza un mensaje claro: el verano es una oportunidad clave para detectar precozmente esta curvatura anómala de la espalda, que afecta al 3% de la población y cuya causa en la mayoría de los casos sigue siendo desconocida.
Este junio, expertos de toda España se han dado cita en Madrid en el congreso nacional del GEER, donde uno de los ejes centrales ha sido, precisamente, la escoliosis idiopática adolescente y los avances en tratamientos conservadores, como el corsé nocturno, que muestran resultados prometedores tanto a nivel físico como emocional. Además, cada 25 de junio se conmemora el Día Mundial de la Escoliosis y este mes es el Mes de Concienciación de la Escoliosis.
En OKSALUD hablamos con el doctor Alejandro Peiró García, cirujano ortopédico y traumatólogo pediátrico con amplia experiencia en el tratamiento de trastornos de la columna vertebral, jefe de la Unidad de Columna Pediátrica en el Hospital Sant Joan de Déu, para conocer mejor los signos de alerta, la importancia de la detección precoz, y cómo el abordaje integral —médico, postural y psicológico— puede marcar la diferencia en la calidad de vida de los más jóvenes.
PREGUNTA.- ¿Por qué el verano se considera un momento especialmente adecuado para detectar posibles casos de escoliosis en niños y adolescentes?
RESPUESTA.- La escoliosis es un problema que se sospecha por la exploración física, apreciándose un hombro más alto, asimetría de cintura o escápulas. En verano es más frecuente que los familiares y amigos vean a los niños y adolescentes en bañador en las playas y piscinas, por lo que es cuando se dan cuenta de dichos aspectos físicos. El verano es, pues, el mejor momento para detectar posibles casos de escoliosis en niños y adolescentes.
P.- La Sociedad Española de Columna Vertebral insiste en la importancia del diagnóstico precoz. ¿Qué señales externas pueden alertar a padres y cuidadores de una posible desviación de la columna?
R.- La escoliosis se puede sospechar al observar una lateralización de la cabeza, una diferencia en la altura de los hombros, asimetría en la cintura o abdomen, una cadera más alta o una escápula más prominente. El test de Adams (flexión hacia delante para tocarse los pies con las rodillas en extensión) puede poner de manifiesto la deformidad, incluso las más leves.
P.- ¿Qué consecuencias puede tener no detectar la escoliosis a tiempo, y por qué es tan importante evitar que la curvatura progrese hasta requerir cirugía?
R.- Es de alta importancia su diagnóstico precoz para prevenir la progresión de la escoliosis ya que en los casos severos, en la edad adulta aumenta la probabilidad de tener dolor y una peor calidad de vida, haciendo la cirugía más compleja. También, hay que entender que la escoliosis aparece en la adolescencia, una época clave en el desarrollo psicosocial, y las deformidades más evidentes pueden producir problemas en este sentido. Además, en los casos más severos, puede producir problemas a nivel respiratorio o cardiaco.
En el marco del congreso se ha hablado mucho del corsé como tratamiento conservador. ¿En qué casos se recomienda y cuáles son los factores clave para que sea eficaz?
El corsé está indicado en pacientes que son inmaduros desde el punto de vista óseo que tienen escoliosis entre los 20 y 45º. Los factores clave para su funcionamiento son que esté bien hecho y adaptado a la deformidad de cada paciente y el número de horas de uso. Cuanta más corrección se consiga con el corsé y más horas se use, mayor probabilidad de éxito del tratamiento.
P.- ¿Qué otras novedades destaca de este congreso?
R.- Entre otras cosas, destacaría el trabajo que ganó el premio al mejor trabajo científico, donde se explica una posible relación en ciertas escoliosis con el sistema vestibular y ocular.
Concretamente, una de las investigaciones recientes destaca que el uso del corsé nocturno puede tener mejor aceptación por parte de los adolescentes. ¿Qué ventajas aporta este enfoque frente al corsé diurno?
En uno de los trabajos que presentamos, que ya fue premiado por la Scoliosis Research Society como mejor trabajo científico de ciencias básicas en el pasado congreso de la SRS, se presentaron los resultados a 2 años de un ensayo clínico comparando dos tipos de corsés. Los resultados del estudio sugieren que el corsé nocturno puede ser igual de efectivo que el otro con una menor afectación a la calidad de vida del paciente.
P.- ¿Qué impacto emocional puede tener el diagnóstico de escoliosis durante la adolescencia, una etapa tan delicada en el desarrollo de la autoestima?
R.- Es sobre todo un problema de autoimagen, que puede generar estrés y problemas psicosociales en una etapa tan crítica como es la adolescencia y que puede marcar el futuro de las personas afectadas si no se toman medidas al respecto. Hay que tener en cuenta que muchos pacientes no quieren ir a la playa o la piscina para que no les vean, o prefieren vestir con ropas más anchas o cabello largo para ocultar la deformidad.
P.- ¿Qué mensaje les daría a las familias que aún desconocen que una simple observación en la playa o la piscina puede ayudar a detectar esta enfermedad y prevenir complicaciones futuras?
R.- Es importante mantener una buena comunicación con nuestros hijos, observarles, y en los casos que tengan una escoliosis diagnosticada, hacerles entender que si se diagnostica a tiempo, hay herramientas que pueden ayudar a frenar su progresión. También, el apoyo tanto familiar como social por parte de los amigos y colegio es esencial para que no se sientan sólos y comuniquen cómo se sienten para poder ayudarles en todos los ámbitos. Hay que escucharles y apoyarles porque están en una etapa crítica, y sobre todo, hacerles sentir seguros de sí mismos.
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