Cómo elegir la música para ir al gimnasio o salir a correr
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La música forma parte de nuestra vida. En casa, en el coche, en la calle… A todas horas estamos conectados. En muchas de las actividades que se realizan a diario recurrimos a ella para motivarnos, relajarnos, concentrarnos o simplemente buscar acompañamiento. Es cierto que en ocasiones las música o el tipo de canciones que más nos gustan no suele encajar bien con la práctica deportiva, sobre todo porque no ayudarán a mantener un ritmo adecuado. Puede darse la circunstancia de que aunque vayamos bien de piernas y nos encontremos de ganas, sintamos la necesidad de disminuir el ritmo cuando la canción se vuelva más lenta. Te explicamos cómo elegir la música para ir al gimnasio o salir a correr.
Componente psicológico
La música desempeña una labor psicológica cuando entrenamos, en donde puede llegar a afectar de manera positiva al rendimiento. Lo que realmente interesa es que la música que nos acompañe se adapte al tipo de actividad. En una clase de spinning, por ejemplo, hay que intentar que durante el calentamiento no sea demasiado rápida, pero tampoco muy lenta. Se trata de que nos vaya animando poco a poco para estar preparados debidamente para cuando comience la sesión de spinning. Una vez que nos adentremos en el entrenamiento las canciones tendrán un compás más marcado, que invitará al movimiento. Será una música más bien rápida.
No convertir la música en una distracción
Para que nuestro rendimiento se vea incrementado es preciso que la música que se emplee cuente con una media de entre 120 y 140 pulsaciones por minuto, que podrá bajar o subir en función del ritmo que se necesite en cada momento. Es importante que las canciones que empleemos lleven una serie de ‘golpes’ para que se pueda acompañar nuestro movimiento con la música en cuestión. Recuerda que debe ser una buena opción de acompañamiento, pero no de distracción.
Canciones con buenos recuerdos
Las músicas que llevemos en nuestro reproductor de mp3, iPod o en el móvil deben recordarnos situaciones positivas o agradables. También nos fijaremos en la letra, intentando que lance un mensaje optimista que influya sobre el rendimiento. No obstante, las canciones tampoco se aconsejan en todo tipo de deportes. Los expertos creen que puede tener una cierta influencia sobre el rendimiento en ciertas disciplinas como puede ser el ciclismo, levantamiento de pesas o correr., en donde el ritmo de la música tiene que ajustarse al ritmo de las necesidades del momento. Sin embargo, existen otras actividades físicas que exigen una mayor concentración y en donde las canciones pueden resultar negativas. En definitiva, se trata de escuchar una música más bien rápida y movidita, que nos anime a pedalear o a correr con más fuerza. De lo contrario estaríamos haciéndolo mal. Ni se te ocurra meter baladas o estilos similares, ni canciones demasiado románticas. En lugar de animarte acabarás rebajando el ritmo. Hay ciertos temas que te pueden gustar mucho pero que no están pensados para la práctica del deporte, así que lo mejor es que los escuches en tu casa.