Cómo curar el herpes
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El herpes común surge en la piel como una especie de ampolla, que puede clasificarse básicamente en dos grupos en función de su ubicación. El tipo I hace referencia al que afecta a la nariz, boca y cara en general, mientras que el tipo II surge en la zona genital. La persona que sufre esta infección conservará el virus en el organismo, y aunque los brotes permanezcan inactivos en cualquier momento podría activarse de nuevo. Para aliviar y reducir los síntomas hay una serie de tratamientos. A continuación te detallamos cómo curar el herpes.
Antes de empezar cualquier tipo de tratamiento es conveniente confirmar que se trata de un herpes y no de cualquier otra lesión en la piel. Para reconocer el herpes comprueba que las ampollas se presenten en formas de racimos y la zona afectada sufra un enrojecimiento. Notarás además una incómoda sensación de hormigueo y quemazón.
Cuando se trate de un herpes genital es preferible que consultes además con un médico para descartar otras infecciones de transmisión sexual. El profesional se ocupará de realizar el diagnóstico adecuado y de recomendarte un tratamiento.
Este virus tardará entre una y dos semanas en desaparecer por sí solo, pero en las farmacias encontrarás pomadas y fármacos que te ayudarán a disminuir las molestias. Lo más probable es que receten un medicamento antiviral, como suele ser Aciclovir, para los casos que se produzcan en el entorno de la boca. Para reducir el picazón y el hinchazón de esta parte de la cara se suele aplicar un poco de frío.
No obstante, también hay una serie de remedios naturales que ayudan a rebajar los síntomas del herpes bucal. El aloe vera permitirá que se acelere el proceso de curación y cicatrización de las ampollas, al igual que ocurre con las bolsas de té. La afección sufrirá mejoras importantes.
Al contrario de lo que se suele hacer con otras ampollas que surgen en otras partes del cuerpo, estas que se producen a consecuencia del herpes no se deben de reventar. Cada vez que se toque esta zona afectada hay que lavarse bien las manos para que no haya un contagio del virus.
También resulta bastante frecuente que el herpes surja en el cuero cabelludo. En ese caso se aconseja, entre otras cosas, mantener la máxima higiene posible, no rascarse la cabeza, calmar las molestias con agua muy fría y secarse la cabeza para evitar la humedad.
El herpes genital, también denominado del tipo II, está considerado una afección de transmisión sexual ya que suele contagiarse por esta vía. Para prevenir la mayoría de estos problemas la solución pasaría por emplear preservativo. En cualquier caso, antes de seguir un tratamiento hay que ponerse en manos de un médico para que se ocupe él de recomendar el fármaco adecuado para cada caso. Cada zona del cuerpo, por ejemplo, requiere de un cuidado diferente. Con la pomada o medicina que te pueda recetar el profesional conseguirás reducir las molestias, pero también es preciso que se extremen las medidas de higiene al máximo para evitar contagios.