Adiós a la inmunidad de grupo
Un estudio de la Universidad de California asegura que es poco probable que se alcance la anhelada inmunidad de grupo
Recomiendan centrarse en reforzar la sanidad y facilitar acceso a vacunas y tratamiento
The Lancet plantea si España podría haber llegado ya a la inmunidad de grupo por Covid
La inmunidad de grupo podría no llegar nunca, según expertos, ¿por qué?
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A la hora de manejar la pandemia, mejorar el acceso a las vacunas, los tratamientos y trabajar para reforzar los sistemas sanitarios son medidas con mayores probabilidades de éxito que la inmunidad de grupo, que cada vez está más lejos, según un nuevo estudio.
Al comienzo de la pandemia, allá por 2020, la gente esperaba que el final de la pesadilla llegara a través de la inmunidad de grupo, un escenario en el cual la mayor parte de la población tiene anticuerpos por la vacunación o por haber pasado la infección y el virus deja de extenderse porque no le quedan individuos vulnerables a los que invadir.
Según los autores de una investigación publicada en JAMA, es poco probable que esto pase. En abril de 2021, antes de la irrupción de la variante ómicron, cerca del 72% de los adultos del condado de Los Ángeles (Estados Unidos) habían sido vacunados o tenían anticuerpos frente a Covid por haber superado la infección. A pesar de este elevado porcentaje de potencial protección frente a la enfermedad, la zona ha experimentado un pico significativo de casos, próximos a duplicar los diagnosticados desde entonces.
Neerai Sood, director de la iniciativa Covid del Centro Schaeffer de Salud Pública y Economía de la Universidad del Sur de California (USC), indica que «hay nuevas variantes que continúan causando incrementos significativos de contagios, incluso en el condado de Los Ángeles, donde las políticas preventivas sobre uso de mascarillas han estado entre las más estrictas y la capacidad de realizar test es de las mayores del país». En su opinión, es necesario centrar la respuesta a la pandemia en reducir al mínimo el daño que causan los contagios más que a reducir los contagios en sí.
Para llevar a cabo el estudio, que Sood firma junto con Howard Hu y otros investigadores de dicha universidad, se establecieron ocho puntos de detección de Covid en el condado y se invitó a una muestra representativa de población a participar sometiéndose a los test durante un periodo de dos semanas a mediados de abril de 2021. En total, se realizaron 1.335 pruebas. Los participantes seguirán siendo observados como parte de la cohorte de supervisión de la pandemia que gestiona la administración local.
En esa población, el 13% declaró haber obtenido resultados positivos en pruebas previas, y cerca del 61% había recibido al menos una dosis de vacunas autorizadas. Entre los adultos no vacunados, el 29% tenía anticuerpos, lo que significa que habían pasado la infección y desarrollado «cierta inmunidad», escriben los autores. Prácticamente todos los no vacunados tenían anticuerpos, incluso muchos de los que habían superado la infección meses antes de la realización de la prueba.
¿Y ahora… qué?
Los investigadores sostienen que, con estos resultados, los responsables de salud pública y política sanitaria tendrían que replantearse sus objetivos a largo plazo y el mejor empleo de los recursos. En su opinión, realizar pruebas a las personas con síntomas, garantizar el acceso a los nuevos tratamientos y vacunar a la población de alto riesgo deben ser los pilares de la respuesta a la pandemia de aquí en adelante según ha explicado Sood, «estos hallazgos indican que prevenir rebrotes de Covid puede ser una estrategia cada vez menos realista, y que asegurar que el sistema sanitario y los hospitales tienen la capacidad necesaria para atender a los pacientes es lo mejor».
En cuanto a la eficacia de las vacunas, los últimos datos indican que aunque la variante ómicron puede evadir en parte la respuesta de los anticuerpos generados por las vacunas o la infección, nuestras células T aún la reconocen, según un trabajo publicado en Nature Medicine por expertos del Instituto Karolinska (Suecia) y un estudio del Imperial College de Londres (Reino Unido).
Marcus Buggert, del Instituto Karolinska, ha indicado que la protección frente a enfermedad severa sigue observándose con el avance de esta última variante.