ZP y Sánchez, tal para cual
El político que abandona la razón y abraza lo irreal tiende a erigirse en un ascético peligroso. Este es el caso de ZP, Shoemaker, como se le conoce en la Casa Blanca, donde acudió, a invitación de Obama, sin saber una palabra de inglés y en compañía de sus dos preciosas hijas góticas. Tan absurdamente tosca resultó la aparición de los ZP en la residencia de los Obama, que la agencia EFE censuró las fotos de la prole, pues, de haberlas publicado, habrían supuesto, antes que una visita cordial a un país amigo, un elogio al terrorismo islámico. Aquella estampa demuestra lo poco que le preocupaba, al siervo del postureo, la imagen de nuestro país.
Hoy, el sucesor del siniestro místico, atiende por Sánchez, otro falso anacoreta que baraja insensateces, aparentado ser lo que nunca fue. Jamás dará la cara, pues carece de convicciones. Ambos defienden el edén comunista que padece Venezuela, donde todo civil extenuado u opositor, que se oponga al asesino de Maduro, acabará incluido en la limpieza de plagas, ya que, en ese otro lado del mar, ratas y seres humanos son equiparables. Aún así, la escasa lucidez del maniquí en funciones no se agota y merece aplauso, por no abrir la boca. No hay mejor política que no proferir sandeces. Quien nació sin juicio, luce en silencio, descontando los subtítulos.
¿Qué nos conviene más, la democracia directa, inmediata,.exaltada y propuesta por Sánchez, que facilita la revolución y la dictadura, al verse obligado a pactar con terroristas para mantenerse en el poder, o la democracia indirecta, canalizada, tranquila y siempre honesta, de la gente de bien, que asegura la evolución y las libertades de todos los españoles? El ego triplicado de Sánchez y ZP, nos va a arruinar el futuro.
La mayoría de las proposiciones a favor de la democracia directa, andan en manos de conocidos delincuentes. Sánchez lo sabe y traga baúles. Quiere ser el rey del ocaso. Lo único que le importa a estos dos pavos es desprestigiar a España.