Los experimentos no se hacen con champán

Los experimentos no se hacen con champán

El brindis al sol del premier David Cameron traerá graves consecuencias a la economía europea. El Brexit plantea un escenario impredecible que los especialistas comienzan a denominar como ‘el nuevo Lehman Brothers’, la entidad bancaria estadounidense cuya quiebra en 2008 dio el pistoletazo de salida a la peor crisis financiera de la historia desde el crack del 29. A pesar de que en el actual contexto no hay una quiebra como tal, las primeras víctimas han sido las Bolsas. El parqué internacional ha caído desde primera hora de la mañana y el Ibex ha sido uno de los índices más castigados con una bajada de 12,35 puntos, la mayor caída de toda Europa y en la propia historia del selectivo español. La salida de los británicos de la Unión Europea puede ser nefasta para el continente. Desde un punto de vista económico, el proyecto común queda aún más tocado tras los años concatenados de recesión y el crecimiento raquítico de los últimos tiempos.

Precisamente, debido a esa endeble mejoría, las economías de la Unión necesitan mantener sus negocios con Inglaterra sin excesivos vetos. A expensas de saber en qué estado quedarán las relaciones entre la UE y Gran Bretaña, no se puede obviar la gran dependencia comercial que el continente tiene hacia la isla. Las importaciones británicas suponen el 8% del Producto Interior Bruto (PIB) en Holanda, un 12% en Irlanda o el 7% para Bélgica. Por no hablar de que es el segundo país que contribuye con más dinero a la UE detrás de Alemania. Un panorama inquietante que puede ser especialmente nocivo para España. Sin ir más lejos, Reino Unido es uno de nuestros principales socios comerciales, destino preferente de la inversión española en todo el mundo y un inversor esencial en nuestro país. El Banco Central Europeo (BCE) debe reaccionar rápidamente para amortiguar el golpe y mantener bajo control las primas de riesgo y la estabilidad financiera de la Eurozona.

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