El sorprendente eco mediático al ex obispo de Solsona
Hace unos días el Papa aceptó la renuncia del obispo de Solsona. Tras la incertidumbre inicial, se ha sabido que la causa es su enamoramiento con una mujer divorciada, ante lo cual el Sr. Novell ha tenido la honestidad de marcharse. La mayoría de los periódicos generalistas llevan días dedicando titulares al tema. No he podido evitar buscar en mi periódico, sobre el tema, para ver cómo lo habían tratado los compañeros. Pero por más que le doy a los buscadores, no encuentro que OKDIARIO haya tocado el tema. Las únicas noticias relacionadas con obispos son de hace tiempo y tienen que ver con la política general: la vida interna de la Iglesia y la vida personal de los obispos no ocupan lugar en OKDIARIO.
Con frecuencia, uno tiene que soportar a toda la patulea del oficialismo exquisito decir que OKDIARIO es un periódico “amarillo”, sensacionalista, escandaloso, o que hace un periodismo de baja calidad. Estos mismos predicadores del oficialismo se dedican habitualmente a predicar la laicidad, la emancipación personal, la libertad sexual, y por tanto el divorcio, la reducción de la presencia de la Iglesia en la vida pública, etc. Sin embargo, a la que salta una noticia mínimamente escandalosa sobre la religión, se lanzan como pirañas a la carnaza, sin importarles entrar en cuestiones personales de la vida de quien sea. Mientras, éste periódico hipotéticamente amarillo se ha limitado a molestar al obispo de Solsona únicamente cuando ha penetrado en la vida pública. Sobre sus nombramientos, renuncias o relaciones personales OKDIARIO no ha dicho nada. ¿Quién es amarillo y sensacionalista: quien únicamente se dedica a molestar al poder, o quien le sirve gregariamente y hace escándalo de todo lo que puede bajo apariencia de purismo?
Más allá del tema comunicativo, sorprende la incoherencia respecto a la cuestión de fondo. OKDIARIO ha sido siempre un periódico dedicado a cuestiones de interés general con una posición neutra respecto de las opciones religiosas o personales de la sociedad, los lectores o incluso los políticos (a quienes no se investiga por sus relaciones personales, sino por su uso de dinero público o sus acciones con incidencia en el bien común). Los oficialistas, en cambio, predican activamente el laicismo y la liberación sexual: la defensa del divorcio o la crítica constante del celibato eclesiástico suelen ser algunos de sus platos fuertes ¿Acaso no es entonces una incoherencia pretender hacer sangre de una relación en la que concurre una divorciada y un célibe que han roto sus vínculos anteriores? Si tan poco vale el matrimonio y el celibato, ¿a quién le interesa entonces la noticia? Sólo reconociendo un inmenso valor al matrimonio y el celibato (como relación esponsal de Cristo con la Iglesia manifestada en el compromiso del obispo) tiene sentido dar el eco que están dando al tema. Pero reconocerlo es ir contra la propia doctrina habitual. De modo que esta prensa “exquisita”, además de amarilla, podríamos decir que es incoherente.
No es objeto de este diario contar noticias de religión. Pero cuando a costa de noticias de religión se quiere amarillear como lo hacen los supuestamente “grandes” periódicos creo que procede denunciarlo y molestarles un poco en la forma en la que ellos no suelen ser capaces de molestar al poder.