Socialismo-populismo comunista-independentismo: riesgo de implosión nacional

Socialismo-populismo comunista-independentismo: riesgo de implosión nacional

Lo que se nos viene encima se va configurando día a día: la retroalimentación de intereses entre socialismo, populismo de corte comunista e independentismo amenaza con volar la unidad nacional. No hay jornada en la que el PSOE no deje alguna pista de cuáles son sus intenciones. Ya lo intentó en su día Rodríguez Zapatero, pero la crisis económica hizo trizas su estrategia de arrinconamiento sistemático de la derecha. Ahora, Pedro Sánchez lo intenta de nuevo, con el agravante de que el nacionalismo ya se ha quitado la careta y exhibe sin complejos su carácter meramente separatista.

Su objetivo es romper las costuras del orden constitucional; son conscientes de que están ante una oportunidad histórica, con un Pedro Sánchez debilitado y necesitado de su apoyo para lograr su objetivo de mantenerse en La Moncloa, aún a costa de quebrar los fundamentos más elementales del actual marco institucional, los que permitieron apuntalar una Monarquía parlamentaria que hoy es cuestionada por todos y cada uno de los potenciales apoyos del socialismo.

La última prueba del nueve es la decisión del Gobierno balear de la socialista Francina Armengol de crear la denominada Oficina de Defensa de los Derechos Lingüísticos, organismo inspirado en los modelos que ya funcionan en el País Vasco y Cataluña, que blindará el uso del catalán en las islas en detrimento del idioma español. Un paso más, con la lengua como ariete, de avanzar hacía el viejo objetivo independentista de constituir los Países Catalanes.

Esa retroalimentación de intereses entre el socialismo, el populismo de corte comunista y el independentismo se va configurando lentamente y supone la mayor amenaza a la unidad de España desde el comienzo de la democracia. La traición y deslealtad del PSOE hacia los intereses nacionales es una evidencia que se ve ratificada cada día. Sánchez está a punto de culminar la venta de España a quienes pretenden desmembrarla desde dentro, una implosión letal. El daño será inmenso, pero él se mantendrá en La Moncloa apoyado por quienes buscan destruir lo que somos como pueblo.

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