El Rey Felipe deja atrás su cuarentena

El Rey Felipe deja atrás su cuarentena

El Jefe del Estado retoma su trabajo institucional después de la obligada cuarentena cumplida durante 10 días y que se inició el pasado día 23 de Noviembre. En esa fecha, el Palacio de la Zarzuela hizo público un comunicado en el que informó que don Felipe tenía que mantenerse aislado debido a que había mantenido un contacto próximo el día anterior con una persona que había dado positivo por COVID19. Lo siguiente que se supo del estado de salud del monarca es que el viernes de la semana pasada, cinco días después de anunciarse el periodo de cuarentena, el Rey se había sometido a un nuevo test de detección del coronavirus y que el resultado había sido negativo.

Durante esos días que el Monarca ha permanecido aislado, en su residencia familiar del recinto de Zarzuela, la Casa de S.M. el Rey decidió que no se cancelaban los actos que estaban programados en la agenda de don Felipe sino que se optó porque la Reina Letizia, que iba a acompañar a don Felipe a Sevilla y a Valencia,  asumiera presencialmente la presidencia de esos actos institucionales previstos. Ha sido una decisión lógica que, afortunadamente no ha tenido más trascendencia y que ha servido, indirectamente, para comprobar una vez más la capacidad de doña Letizia para desenvolverse con gran profesionalidad en este tipo de actividades.

Sin embargo, yendo un poco más allá de ese detalle, cabe preguntarse qué hubiera pasado si finalmente el Rey hubiera contraído la Covid y hubiera tenido que alejarse durante dos, tres semanas o más, de sus tareas y obligaciones de Jefe del Estado. La Constitución sólo contempla, en los artículos que se refieren a la Corona, la posibilidad de que la consorte del Rey ejerza la Regencia en el caso del fallecimiento del monarca y el heredero no haya alcanzado la mayoría de edad. Pero no se detalla qué habría que hacer en el caso de que el Jefe del Estado tuviera que retirarse de sus tareas durante un período de tiempo prolongado.

Quizá esta circunstancia de la retirada del Rey durante diez días de sus actos de agenda sea una buena ocasión para plantear de nuevo la necesidad, que ya se planteaba el que fue Jefe de la Casa de S.M. el Rey hace treinta años, el General Sabino Fernández Campo, de elaborar una ley que regule con más precisión y detalle las funciones de los miembros de la institución de la Monarquía para evitar vacíos legales que no son positivos para los integrantes de la Corona. Hasta ahora, no ha habido mucho entusiasmo por parte de los sucesivos responsables de la Casa del Rey de entrar a redactar ese cuerpo legal que regule la actuación, en cualquier caso u ocasión, de los distintos miembros de la Familia Real. Nunca es tarde para abordar esa tarea.

 

 

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