El rescate de Julen

El rescate de Julen

Este país debe mejorar sus servicios de emergencias. El 091, 092, 062 y el 112 funcionan mal. Miles de llamadas cada mes quedan sin atender o se acude pasado tanto tiempo que desvirtúan el sentido de la existencia de los mismos: la urgencia. Sobran ejemplos. Esa mujer en Sevilla cuya ex pareja trata de derribar su puerta con una gran piedra, que llamó durante más de una hora y no recibió ayuda. La puerta resistió; de no haberlo hecho nadie sabría que los servicios de emergencia fallaron estrepitosamente. Accidente de Spanair en Barajas en 2008. Errores de localización y más de 40 minutos tardaron en llegar los servicios de emergencia al lugar del accidente. Nadie lo cuenta. Si alguien muere tras una hora en un charco de queroseno y rodeado de fuego, tampoco. Homenajes, medallas, fanfarrias en acto político a los rescatistas. Nadie escucha a las víctimas que sobrevivieron. Tren Alvia en Santiago, medallas a policías que rescataron, o no, a heridos. Riada en Mallorca, descoordinación que se oculta… Sobran homenajes a servicios de rescate y falta un mínimo análisis crítico para saber qué hay que mejorar, llegar antes y salvar vidas.

El rescate de Julen es más de lo mismo. Ensalzamiento de las tareas de rescate antes de empezarlas, cuando llevaban allí varios días planeando qué hacer. Ya han recibido los rescatistas medallas de Andalucía. ¿Esto puede condicionar la investigación policial/judicial? Bomberos de Málaga, Asturias, guardias civiles, personal de emergencias… todos magníficos profesionales, insuperables, pero no infalibles.

Parece que Julen cayó de pie en el agujero, protegido por los brazos hacia arriba y la ropa arrugada hacia la cabeza por el deslizamiento sobre las paredes;  Se constata que una piqueta se hizo golpear 10 veces sobre el tapón de tierra la misma tarde de la caída del niño. Según informes técnicos traspasó el tapón varias veces –hay video–. Consta en informes que Julen estaba 15 centímetros. por debajo del tapón de arena y que la herramienta llego a 35 cm. Se encontraron pelos de Julen en la piqueta. La muerte, según informe forense preliminar, fue provocada por un fuerte golpe en la parte superior de la cabeza. Indicios que señalan la posibilidad de que al perforar el tapón de arena se pudo matar al niño accidentalmente. Un desgraciado accidente fruto de las prisas por extraerlo… o por no creer que pudiera estar allí.

El pensamiento único periodístico se rebela contra estos indicios y trata de imponer que los miembros de las fuerzas de seguridad o cualquier otro que participa en un rescate nunca se equivocan, nunca fallan, no cometen errores. Se difunde información incompleta siempre enfocada al gran éxito y trabajo de los rescatistas. Se ignora cualquier dato que pueda hacer pensar que un rescate no es una ciencia exacta. Insinuar el más mínimo error es un sacrilegio. Tertulianos y periodistas que llevan años viviendo de lo que les cuentan policías y guardias civiles defienden su pesebre. Te linchan aunque seas abogado defensor y ejerzas el derecho fundamental en un estado de derecho. No importa el derecho a la defensa del imputado por homicidio imprudente ni el derecho de los padres a conocer la verdad. Tratan de imponer su verdad, que es mentira. Un clima asfixiante y preocupante donde te dicen lo que tienes que creer porque lo dicen ellos, políticos, la Policía, la Guardia Civil, sus voceros y algunos medios de comunicación. Muchas veces mienten. Por la seguridad de la ciudadanía deberían revisar los muchos errores cometidos en los últimos años. Así evitarán muertes futuras que no deberían producirse.

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