Qué progresista es el PSOE que enseña cómo lanzarle bombas a la Policía

Al Ayuntamiento socialista de Granollers no se le ocurrió otra idea que incluir en sus fiestas de 2024 un taller donde se impartían técnicas aplicadas de guerrilla urbana, que pasaban por la simulación de fabricación de cócteles molotov y ataques contra figuras policiales. Muy didáctico todo, muy constructivo. Vox, con buen criterio, decidió presentar una denuncia por entender que los hechos eran constitutivos de los delitos de injurias a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de provocación de desórdenes públicos.
Pues bien, un año después, la Audiencia Provincial de Barcelona ha estimado la posición del Ministerio Fiscal y revocado la decisión de un juzgado de Granollers que había archivado la denuncia. Para que se haga el lector una idea de cómo entiende el socialismo el concepto de fiesta baste señalar que, según el atestado policial, en el taller «se simulaba la fabricación de un artefacto incendiario tipo coctel Molotov y como lanzarlo contra un muñeco vestido de policía», además de enseñar a hacer barricadas y arrastrar contenedores de basura contra un cartón que simulaba ser una furgoneta de policía».
Pero como eso les parecía poco, los participantes recibieron indicaciones para «lanzar el cóctel molotov contra el objetivo», animando a hacerlo con toda su rabia». La actividad se anunciaba «para todos los públicos y edades» en los carteles oficiales de las fiestas.
Con independencia del horizonte penal que tenga el caso habrá que convenir que el visto bueno del Ayuntamiento socialista a estas prácticas de guerrilla urbana financiadas con dinero público sólo puede responder al hecho de que sus responsables hayan perdido la cabeza o que hayan perdido la dignidad y la vergüenza. Salvo que el muy socialista Ayuntamiento de Granollers entienda que no hay nada más progresista que aprender a quemar vivo o reventarle la cabeza a un policía. Ya saben, lo de la convivencia que decía Pedro Sánchez era esto. Todo en paz y en armonía.