El psicópata narcisista y sus abusos
Cuanto sea ilegal o tenga que ver con lo más turbio resulta atractivo y aceptable para Sánchez. La pérdida progresiva e irreparable de valores afecta a todas sus acciones, a las mil barbaridades que comete. Esta es la razón fundamental de su peligrosidad, pues, como no razona, se desbocan sus delirios.
Siempre se pone del lado de los facinerosos, desde los okupas hasta los terroristas de Hamás, incluyendo los etarras de Bildu, golpistas de ERC, separatistas de derechas, sacamantecas del PNV y el mismísimo Puigdemont. El comportamiento del psicópata narcisista tiende a rodearse por lo disoluto. Su obsesión por blanquear al mal y destruir el bien es un clásico en su hacer. Goza dañando gratuitamente a la gente honesta/trabajadora. Y le pone maniobrar a sus anchas con su Pumpido, su Koldo, su angelical esposa y sus fiscales corruptos.
A dos días de las elecciones vascas, María Zabay habla con Fernando Jáuregui, periodista político, experto en lo que se cuece en las provincias vascongadas. «Con una sonrisa Jáuregui recuerda que, en la época de su abuelo, los vascos de bien traducían sus apellidos al español o se los cambiaban. Hablar vasco no estaba bien visto entre los vascos de clase alta. Tiene claro que gobernará el PNV con el apoyo del PSV, aunque obtenga más votos Bildu. Parece que quien es socio confiable en Madrid es indeseable en Euskadi».
La negativa de Pello Otxandiano a reconocer que «la ETA» (como la llama el GAR de la Guardia Civil) fue una banda terrorista, ha hecho estallar la indignación del PSOE. Hoy, Mertxe Aizpurua sigue consintiendo homenajes a los etarras muertos y negándose a cortar los actos de violencia callejera. Jáuregui afirma que Otegi flipa con proclamar la independencia del País Vasco y que sea una república, pero los vascos no la quieren y se toman las proclamas de Otegi a choteo.
Jáuregui es sabio mirando al Gobierno y sus acuerdos, cree que se está deshaciendo como un azucarillo. Y asevera que el Gobierno caerá y no será por Begoña Gómez, sino por la amnistía. No reconoce al PSOE de antes en el de hoy. Sólo le queda la militancia, el orgullo de partido. No tiene un grupo parlamentario que merezca la pena ni tiene una estructura de partido. Lo que ha creado Sánchez es un movimiento que ha debilitado la democracia. El Gobierno, según pasan los días, se parece más al ejército de Pancho Villa.
Federico Jiménez Losantos retrata a Pedro Sánchez de manera magistral: «Va como vaca sin cencerro dando tumbos». A lo que no estaría de más añadir: «es el mejor aliado de los que cuelgan a los homosexuales en grúas».