La profunda incógnita sobre el regreso del Rey emérito

Aunque no hay noticias directas de cómo reacciona el Rey Juan Carlos en su jaula dorada de Abu Dabi cada vez que se entera de la existencia de un nuevo escollo en su ansiado proyecto de regresar a España, es seguro que el enfado primero y el desánimo después se instalan en su mente antes de aceptar que el momento del retorno se vuelve a retrasar. Aseguran fuentes solventes que fue él quien decidió el día para dejar su residencia del Palacio de la Zarzuela, en el verano de 2020, y el lugar elegido, la capital de los Emiratos Árabes Unidos, para dejar pasar un tiempo y permitir que los ánimos encrespados se enfriaran y el ambiente se tornara más favorable a su regreso. Pero para frustración del anterior Jefe del Estado, la situación se ha ido enmarañando cada vez más y a cada anuncio de que volvía de forma inminente le seguía la noticia de que finalmente la vuelta tenía que ser aplazada.
La última vez que se ha frustrado el gran deseo de don Juan Carlos de regresar a su país ha sido esta semana, en la que se anunciaba primero el retraso del anunciado archivo de las diligencias abiertas por la Fiscalía del Tribunal Supremo al próximo mes de enero. El motivo de la demora es que en el Alto Tribunal se está esperando la respuesta de la Fiscalía suiza al requerimiento de la justicia española para que se le envíen ciertos documentos solicitados sobre la concesión de la construcción del Ave del Desierto a las empresas españolas. Sin embargo, hay quien apunta a que la fecha prevista para el archivo de la investigación sobre el rey Emérito –el 17 de Diciembre- está demasiado próxima al día 24, día en el que el Rey Felipe dirige el mensaje más personal del año a los ciudadanos españoles. Esa cercanía de las fechas suscitaría las consecuentes dudas en la Jefatura de la Casa de S.M. el Rey acerca de incluir el asunto del carpetazo a las posibles irregularidades fiscales de don Juan Carlos en el discurso de don Felipe.
La distancia total mantenida durante los últimos dos años por parte del Palacio de la Zarzuela con el padre del monarca, hasta el punto de no entrar a comentar hecho alguno de los que se han tenido conocimiento a lo largo de ese tiempo sobre la conducta del Emérito, hace pensar que sería inoportuno que se resolviera la parte judicial una semana antes del mensaje navideño. Si el Rey Felipe lo obviara, habría crítica por parte de los que rechazan la monarquía, pero si lo incluyera sería contradictorio con la política de alejamiento realizada en los últimos tiempos.
Por todo lo anterior, la fecha de regreso del Rey Juan Carlos a España sigue siendo una incógnita. La opinión pública, que algunos denominan la opinión publicada, está dividida y el destino próximo del monarca Emérito sigue siendo una cuestión difícil de solventar. Habrá que estar atentos a lo que digan las partes implicadas.