La política migratoria del Gobierno es un fraude humanitario

En un reciente editorial afirmábamos que el problema de la inmigración irregular no se resuelve escondiendo a los inmigrantes en los bajos de edificios residenciales. Tratar a estos seres humanos como si fueran mercancía, mientras al Gobierno se le llena la boca con los derechos humanos, es un supremo ejercicio de hipocresía.
Lo que hace el Ejecutivo es abdicar de su responsabilidad y dejar en manos de distintas organizaciones la labor de buscar un lugar donde alojar a los inmigrantes. Algunas de ellas, como venimos denunciando, pretende convertir locales en albergues, saltándose la norma y ocultando a los vecinos lo que se traen entre manos.
OKDIARIO ha podido saber que la empresa que consta en el contrato de alquiler de los bajos de un edificio residencial de Madrid que han sido convertidos en un albergue de próxima apertura para la acogida de inmigrantes irregulares no tiene relación alguna ni con la atención social ni con el sector turístico.
Su objeto social es el comercio de productos específicos, entre ellos de «bisutería» y «souvenirs». Pero vamos a ver, ¿qué tipo de controles establece el Ejecutivo a la hora de contratar los servicios de estas presuntas organizaciones humanitarias que, en realidad, no son otra cosa que empresas con ánimo de lucro adornadas con el falso marchamo de la solidaridad?
Vecinos del madrileño Parque de las Avenidas, barrio de la capital donde está prevista la apertura de un albergue, han denunciado la situación. En realidad, se están haciendo pasar por centros de inmigración ilegal espacios que no cumplen con los requisitos de su licencia. Y, ¿dónde está el Gobierno?, se preguntarán ustedes. Pues, visto lo visto, mirando para otro lado. Esta es la fórmula del sanchismo para solucionar el problema de la inmigración irregular: meter a los inmigrantes en aviones y desperdigarlos por los distintos territorios con total opacidad. Y después, lavarse las manos.