La política americana es un juego de ajedrez
El 24 de marzo de 2017, la mayoría de la prensa española se regodeo en el hecho de que Trump sufriera una derrota legislativa cuando los ultraconservadores del partido republicano decidieron no apoyar su plan de sanidad. No obstante, futuras derrotas y victorias legislativas pueden ser sólo movimientos de ajedrez de poderosas familias de las cuales no sabemos ni su nombre. En este artículo presentaremos a dos familias que han estado jugando con el futuro de Estados Unidos y, por lo tanto, con el del mundo entero. Presentamos a los hermanos Koch. Charles Koch y David Koch son dueños del 84% de Industrias Koch, un conglomerado industrial dedicado a la energía, minerales y a la química.
El conglomerado facturó más de 120.000 millones, según una estimación de Bloomberg. Koch Industries es la segunda empresa, no cotizada en bolsa, más grande de Estados Unidos. Estos dos hermanos rara vez aparecen en los periódicos económicos o en revistas. Llevan una vida muy discreta, a pesar de que una de sus principales aficiones es manipular la política americana. Por ejemplo, la derrota legislativa de Trump parece haber sido causada directamente por los hermanos. Bajo dos de sus organizaciones, Americans for Prosperity y Freedom Partners, anunciaron la creación de un fondo para apoyar a políticos que votaran en contra de la reforma sanitaria de Trump. Y cuando hablan de fondos, todo el mundo escucha, ya que en estas últimas elecciones llevan gastados 250 millones de dólares.
No obstante tienen algo entre manos mucho más importante. Según la UCS, una organización de científicos, las fundaciones Koch llevan donados más de 100 millones de dólares en organizaciones que niegan el cambio climático o que éste esté causado por la actividad humana. Con Trump han hecho una jugada maestra en este tema, ya que han ayudado a poner en el poder a un presidente que es escéptico del cambio climático —ha llegado a decir que es un invento chino para obstaculizar la industria americana–. Sólo hay que ver que en los presupuestos propuestos por Trump, la EPA —agencia medioambiental estadounidense— vería reducido su presupuesto en un 31%. Además, según sus propias palabras, tiene intención de quitar la mayoría de regulaciones ecológicas sobre minería de carbón y extracción de petróleo. Los Koch se estarán frotando las manos; recordemos que su conglomerado es de energía, minería y química.
Otro jugador que juega en el equipo de los Koch son los Mercers. Robert Mercer es un prominente gestor de fondos, específicamente de Renaisance Technologies, un fondo de 75.000 millones muy secreto que no acepta inversores desde 2015. Bloomberg dice que ha generado una media de 40% anual desde 1995. El caso es que Robert Mercer y su hija, Rebekah Mercer, la cual es directora de las organizaciones políticas de su padre, crearon Bannon Strategic Advisors y así a al jefe de estrategia de Trump, Stephen Bannon. Los Mercer se han unido a los Koch en su plan contra los ecologistas, apoyando con mucho dinero a instituciones como Heartland Institute, los cuales han emitido varios reportes científicos negando que el cambio climático sea causado por los humanos. Esto es lo que nos cuenta Politico, el periódico político estadounidense por excelencia. No se sabe muy bien qué intereses pueden tener los Mercer en esto o si es sólo una estrategia para meterse en el juego de ajedrez con el equipo ganador. Parece que esta administración americana es la más sucia y opaca que haya existido, pero hay que saber que en el otro lado del tablero hay otros jugadores con la misma cantidad de intereses y ganas de corromper. Lo que ocurre es que parecen estar perdiendo la partida.