Un poco de compostura, Begoña, que Moncloa no es tu casa

Begoña Moncloa

La indecorosa manera con la que Begoña Gómez tiende a mezclar lo público con lo privado ha quedado de manifiesto en repetidas ocasiones, como cuando utilizó un despacho presidencial para mantener distintas reuniones para sus actividades privadas en el Instituto de Empresa y la Universidad Complutense de Madrid, pero lo de ahora es estéticamente infumable. Que desde un despacho presidencial se grabe como «militante socialista» para un vídeo del PSOE con el logo del partido con motivo de la celebración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es la prueba del nueve de que la mujer del presidente no tiene límites.

Gómez aparece en el despacho de La Moncloa, con un fondo en el que se identifica el cuadro Fantasía del Ebro de Joaquim Mir, pintor catalán que fue encarcelado durante el franquismo. Y, en ese escenario, dice: «Soy feminista porque es sinónimo de igualdad, de superación, porque nos permite avanzar socialmente sin pisar a nadie. Porque todos y todas ganamos. Por las generaciones futuras, por las que ya no están y nos abrieron el camino. Se lo dedico a mi madre, María, de Valderas (León). Y tú, ¿por qué eres feminista?», expone la mujer de Pedro Sánchez en la grabación, en marzo de 2020.

Conmovedor, pero el uso de la Moncloa con fines partidistas es, como poco, muy feo. Con fines económicos, es delito, razón, entre otras, por la que está siendo investigada. Porque si Begoña Gómez quería presumir de militante socialista para eso está Ferraz o cualquier sede del PSOE. El socialismo de palacio de Begoña Gómez, además de cateto, tiene un punto de obscena vanidad. Ya sabemos que la mujer del presidente usó los despachos presidenciales de La Moncloa para distintas actividades privadas. Ahora aparece en un vídeo para presumir de socialista y feminista. Esta mujer se olvida de que no está viviendo en su casa y que el palacio de la Moncloa no es de su propiedad.

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