El Obispado de Mallorca, cómplice de la dictadura del catalán
No será por casualidad que del total de 44 colegios de Escola Catòlica (ECIB), la patronal mayoritaria de la enseñanza concertada de Baleares, todos ellos hayan decidido sabotear la libre elección de lengua en sus centros al no incluir la casilla del español como primera lengua de enseñanza en el formulario de matriculación de 4º de Infantil, que corresponde a los alumnos de tres años.
El Obispado de Mallorca avala esta decisión que justifica con el peregrino argumento de que no es obligatorio incluir en sus hojas de matrícula las dos casillas de catalán y castellano para que los padres puedan elegir libremente y sin interferencias la lengua vehicular en la que aprenderán sus hijos, de modo que los padres que prefieren el español y no el catalán como primera lengua de enseñanza se ven en la tesitura de tener que solicitarlo expresamente y por escrito.
Por supuesto, ninguno de estos colegios ha comunicado a los padres que la libre elección de lengua en la primera enseñanza es un derecho que está garantizado en el artículo 18 de la Ley de Normalización Lingüística, que es meridiana: «Los alumnos tienen derecho a recibir la primera enseñanza en su lengua, sea la catalana o la castellana. Y añade: «A tal efecto, el Govern ha de arbitrar las medidas pertinentes para hacer efectivo este derecho instando a las autoridades competentes para que sea aplicado adecuadamente». Más claro, agua.
Sin embargo, estos centros educativos católicos, tutelados por la Iglesia, lo que han hecho es ocultar la existencia de la ley y el procedimiento para que los padres puedan ejercer sus derechos. Se conoce que el Obispado de Mallorca se siente especialmente cómodo con la dictadura del catalán y ha decidido convertirse en el mejor aliado del separatismo balear en su acoso al castellano. Que los padres de los alumnos de estos centros sepan cómo se las gasta el Obispado y obren en consecuencia. Porque eso de ocultar la ley es muy, pero que muy poco católico.