Ha nacido el «espíritu de Burgos»

Burgos

No es posible encontrar a alguien más insensato y más desinhibido pero también más inmoral y más deshonesto. Alguien que le da igual mentir, engañar. Alguien que le da igual pactar con filoterroristas o golpistas. Alguien que sonríe invitando a condenados por apología de terrorismo a una casa de todos los españoles como es Moncloa. Alguien que vilipendia a las víctimas de terrorismo y tiende la mano para poder gobernar a quienes han causado tanta tragedia y llevan en sus listas electorales ensangrentadas a terroristas y asesinos.

No es posible encontrar a nadie que haga todo esto, que no sea alguien que traiciona los fundamentos esenciales de la dignidad de las personas y traiciona los fundamentos básicos de la democracia.

No es posible irse esta semana a Vietnam y honrar a un genocida con nuestra bandera y continuar viaje a China, que es una dictadura comunista, para negociar no sabemos que y cuando pretende girar la amistad hacia un país que no conoce la democracia y erigirse en el líder de las naciones europeas que abandona las buenas relaciones con Estados Unidos. Es una situación de verdadero peligro este viaje para los sanos intereses de España. El presidente del Gobierno no es ya creíble en absoluto y además es un traidor a España.

Todo lo anterior, además, está siendo usado para desviar la atención de lo que nos afecta con especial gravedad, que es ni más ni menos que salvar nuestra democracia, directamente socavada y atacada por el mismísimo presidente del Gobierno.

La situación no puede ser más delicada. Una vicepresidente primera que cuestiona la presunción de inocencia y, por otro lado, ataca al igual que su jefe, populistamente, las universidades privadas, una promesa del presidente del Gobierno para calmar a Puigdemont y decirle que la amnistía se aprueba en mayo, un presidente del Tribunal Constitucional que hace hasta lo imposible por impedir una cuestión prejudicial en Europa sobre los ERE y el mismo quedar en evidencia ante Europa, que ya sabe que el Constitucional no es independiente… Y todo en 10 días.

Nos hemos manifestado los ciudadanos de a pie, más de 1.000 personas, el pasado domingo 6 de abril, en Burgos, para desmontar todo este inmisericorde ataque a los fundamentos de la decencia y los fundamentos de la democracia. Personas de cualquier pensamiento y venidos así mismo de otras ciudades, para clamar unidos en contra de un presidente de Gobierno que ni se respeta a sí mismo, y menos respeta a sus votantes, tampoco al conjunto de españoles y nada a los fundamentos básicos de lo que es un Estado de derecho. No cree en absoluto en ello, pero eso sí, lo utiliza para, pervirtiendo sus postulados, hacer ficción de demócrata para perpetuarse cual dictador. Todos juntos gritamos para pedir su dimisión.

Ha nacido lo que hemos llamado «el espíritu de Burgos», que guía a quienes solo creemos en el abrazo de reconciliación y perdón que nos dimos todos los españoles y que se quiere hacer, en perversa estrategia, desaparecer. Que guía a quienes luchamos a diario por proteger la Constitución en espíritu y letra, y con ello admirar en vanguardia a los catalanes que han de sacrificarse a diario ante la bota pisoteadora de sus instituciones y del propio gobierno. «El espíritu de Burgos» que guía la ilusión de ser libres y llevar esa única antorcha, la de la libertad, a otras ciudades, para compartir el legítimo anhelo de todos los españoles.

El anhelo de vivir en paz y que las nuevas generaciones puedan heredar una democracia plenamente consolidada de nuevo, tras los ataques injustificados y perversos de este Gobierno. «El espíritu de Burgos» que abraza a todos los españoles, independientemente de sus ideas, o de quienes sean, en un objetivo común… el objetivo de rearmar moralmente de nuevo nuestras convicciones para caminar juntos e inspirados por la gran obra que nos trajo la transición y la democracia, y que nos pertenece a todos como el mayor tesoro que hemos de proteger en permanente deuda de agradecimiento, no dejando que nadie lo malogre espuriamente, y con la responsabilidad plena y la obligación de legarlo incólume a las siguientes generaciones.

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