Mucho Mas que el 3%

Mucho Mas que el 3%

Como decía Krahe: «En las Antípodas todo es idéntico a lo autóctono». Una original manera, escrita en esdrújulas, de contarnos cómo se vive en el otro lado del mundo. ¿Y qué ocurre en aquél lugar? Pues exactamente lo mismo que aquí, con alguna que otra diferencia, pero el comportamiento de determinados personajes viene siendo idéntico. Esta canción me viene a la cabeza cada vez que se trata el asunto catalán, la independencia justificada por el «robo del Estado español». Puedo comprender —incluso compartir— argumentos fundamentados en criterios políticos, históricos, incluso sociológicos. Pero eso de que «España nos roba» no termina de parecerme una excusa teniendo en cuenta que, quien de manera más directa ha robado a los catalanes ha sido —presuntamente— su propia clase dirigente. Y por mucho que los independentistas se quieran diferenciar de nosotros, los españoles en esto vamos a tener que ponernos de acuerdo: hay que quitar del medio a los corruptos. Y a mí me da igual que sean catalanes o gallegos.

Lo que me fastidia es que a través de sobres, de comisiones o vaya usted a saber cómo, están dejando de pagar nuestra sanidad pública, nuestra educación, nuestras infraestructuras, a los trabajadores del sistema judicial y se lo están llevando crudo. Sí, mi dinero y el suyo, catalán. Porque de momento y hasta que la cosa cambie, los hospitales que se han construido —y dejado de construir— en Albacete, en Murcia, en Santiago, los ha pagado usted en parte, como yo. Igual que los de Barcelona o Tarragona.

Yo estoy de acuerdo en que usted y yo hablemos, porque es fundamental. Quiero entender bien sus razones por las que considera que viviríamos mejor si nos separamos de algún modo —mucho me temo que usted va a seguir estando allí y yo aquí, a la misma distancia— aunque intuyo que detrás del reclamo de la independencia hay muchas más razones que el simple hecho de que «España les roba», por eso creo que merecen un respeto que desde el Gobierno español no se les está dando. Pero lo de que les robamos… ¡Vaya! Si fuera por eso, yo me declaro también independiente de España, porque me pasa lo mismo. Pago, pago, pago y pago impuestos que después van a rescatar autopistas, forrar al dueño de empresas sanitarias subcontratadas y, cuando necesito un servicio público me las veo y me las deseo para no lamentar las paupérrimas condiciones en las que tienen que trabajar los profesionales públicos.

Estoy segura de que si nos sentamos encontraremos puntos en común. El federalismo sería un tema interesante a tratar. Pero, sobre todo, creo que nos debemos, tanto ustedes como nosotros, que nuestros interlocutores no sean unos presuntos chorizos que han demostrado servirse de nosotros -de usted y de mí- para llenarse las alforjas. ¿Qué quiero decirle con todo esto? Que me temo que el asunto de la independencia no sería tan «grave» a juzgar por cómo nos los están vendiendo aquí, en el Estado opresor. Si allí algunos presuntos chorizos no lo estuvieran utilizando para ir de víctimas del sistema y aquí otros no lo usasen como arma arrojadiza para desviar la atención sobre sus sobresueldos y su corrupción en diferido.

En realidad, por mucho que nos pueda fastidiar -sobre todo a ustedes, independentistas- hay vínculos entre Cataluña y el Estado español que van a ser prácticamente irrompibles: son los de la corrupción. Y por mucho que algunos pongan como excusa la Constitución, en realidad, lo que no quieren es que cualquier tipo de cambio en la situación pueda conllevar un escándalo de enormes dimensiones. Y mientras nos despistan mirando al dedo, esperan que nadie vea la luna. Mucho me temo que hay cosas mucho más gordas que las comisiones del 3%. Es bastante más que Mas.

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