Montero y las excusas de mal pagador

Montero y las excusas de mal pagador

La ministra Montero se empeña en no transferir a las Comunidades Autónomas los fondos que les corresponden por las entregas a cuenta comunicadas. Simplemente, les ha entregado las entregas prorrogadas, de manera que la diferencia entre las entregas comunicadas y las prorrogadas supone una merma de ingresos para las regiones.

Dichas entregas, fueron comunicadas por el ministerio de Hacienda en el Consejo de Política Fiscal y Financiera de julio de 2018, para que las regiones pudiesen elaborar sus respectivos presupuestos de cara al año 2019. Sin embargo, no han llegado a recibirlas al ser devuelto el proyecto de Presupuestos Generales del Estado.

Así, para no pagar, la ministra esgrime un informe de la Abogacía del Estado, cuya petición parece que fue realizada a posteriori, que viene a decir que un gobierno en funciones no puede transferir dicha cantidad porque no puede comprometer decisiones de un futuro gobierno.

Eso es lógico en decisiones que puedan ser subjetivas u opinables. Por ejemplo, si se decide gastar más en Defensa y menos en Infraestructuras, o viceversa. Ahora bien, eso no puede operar para las cuestiones que constituyen un compromiso y una obligación para todo gobierno, y el pago de las entregas a cuenta es un caso de estos últimos.

La LOFCA dice que las CCAA deberán recibir fondos de la Administración General del Estado para poder prestar los servicios derivados de las competencias que tienen transferidas. Por su parte, la LO 22/2009, de 18 de diciembre, del Sistema de Financiación Autonómica (SFA), establece la metodología de cálculo. Por tanto, las entregas comunicadas cumplen con la LOFCA y han de cumplir también con la metodología de la Ley del SFA, de manera que no hay nada subjetivo ni opinable en ello. Cualquier gobierno que surja de las elecciones, cualquiera, va a tener que transferir dichas entregas.

Sin embargo, Montero se enroca en su posición y no paga, y para disimular sus excusas de mal pagador, ataca, en lo que constituye parte de dichas excusas. Así, la ministra que como consejera de Hacienda de la Junta de Andalucía no consiguió cumplir ni un año el objetivo de déficit, aunque se lo ampliasen en detrimento de Madrid, como en 2013 con los déficit asimétricos; la ministra que como consejera de Hacienda de Andalucía no podía financiarse en el mercado y necesitaba el auxilio del FLA porque tenía la economía andaluza quebrada con sus políticas de gasto elevado e impuestos casi confiscatorios; la ministra, en definitiva, que se manda como ministra cartas a sí misma al censurar el incumplimiento de Andalucía en su etapa como consejera, por ejemplo, incumplimiento de la regla de gasto, , porque, dice Montero, la recepción de las entregas a cuenta no afectará a Madrid más que al final de año.

En primer, o no dice la verdad o no ha aprendido nada del SFA en todos los años de consejera de Hacienda en Andalucía y en estos meses de ministra. El SFA tiene un sistema de entregas a cuenta y otro de liquidaciones. Las entregas a cuenta se pagan mensualmente, en dos tramos del mes; las liquidaciones, se pagan en un único pago, a principios de cada mes de julio.

Por tanto, claro que a Madrid –y a cualquier región– le afecta no recibir las entregas a cuenta comunicadas desde el principio de mes: ya va a acumular nueve pagos mensuales de retrasos. Y eso, afecta al cumplimiento del déficit, pero asumiendo que tendrá que afrontarlo como suyo el Gobierno central, por no ser responsabilidad regional, lo que provoca el retraso de Montero de manera verdaderamente grave es el estrangulamiento de liquidez en las tesorerías regionales. Al no recibir los fondos, más allá de la ausencia del apunte contable del ingreso, lo peor es la ausencia de la recepción de fondos en tesorería, de manera que Montero está provocando que todas las regiones paguen tarde a los proveedores. Es decir, Montero, con su decisión, será la responsable del cierre de empresas y de la pérdida de puestos de trabajo que se deriven del retraso de dichos pagos.

Y en segundo lugar, Madrid ha bajado siempre los impuestos en las últimas décadas. Es más, ha dicho que lo volverá a hacer en esta legislatura. Y como anticipo, ha anunciado una primera bajada, con varias deducciones fiscales que abaratan la factura fiscal de los madrileños y les deja más dinero en su bolsillo para que puedan decidir qué hacer con él.

Montero, en lugar de emplear excusas de mal pagador, lo que tiene que hacer es pagar lo que debe y olvidarse de incrementar el gasto y subir impuestos como pretendía en sus fallidos presupuestos. En lugar de criticar la política tributaria de la Comunidad de Madrid, mejor sería que aprendiese de ella. Los resultados están ahí: basta con comparar el crecimiento económico y el empleo de la Comunidad de Madrid con los de la Junta de Andalucía de tiempos socialistas.

Lo último en Opinión

Últimas noticias