Menos humos, Pedro Sánchez, que te crees más que Joe Biden
Como si fuera más, incluso, que el mismísimo presidente de Estados Unidos, el presidente del Gobierno se ha plantado en la Cumbre del Clima 2023 que se celebra en Dubái (Emiratos Árabes) tras movilizar un Airbus A310, un Falcon y un helicóptero Super Puma. Por contaminar que no quede: para predicar con el ejemplo y viajar en vuelo regular ya están otros, de modo que ha utilizado tres aeronaves del Ejército del Aire. Primero se subió al Super Puma para desplazarse desde el helipuerto del Palacio de la Moncloa hasta la base militar de Torrejón de Ardoz (Madrid).
Allí, junto a todo su equipo y el de la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, tomó un Airbus A310 de las Fuerzas Armadas que le condujo a la capital de Emiratos. Y, por si acaso, y como es habitual en los viajes de largo trayecto que realiza Sánchez, un avión Falcon del Ejército del Aire voló de vacío también con dirección a Dubái por si el Airbus de la expedición gubernamental sufría alguna avería o el presidente requería de los servicios de dicha aeronave, más versátil que el Airbus A310.
Mientras en Reino Unido el hecho de que Carlos III de Inglaterra, el primer ministro, Rishi Sunak, y el ministro de Exteriores, David Cameron, viajaran en tres aviones diferentes ha provocado una enorme polémica, Pedro Sánchez, ajeno a las críticas, utiliza tres aviones el solito. La vanidad del personaje no conoce límites. Es un ególatra tan pagado de sí mismo que no repara en medios para presentarse como si fuera el presidente de la nación más poderosa del planeta. Eso sí: cuando intervenga en la Cumbre del Clima se pondrá el disfraz de ecojeta, que es un papel que borda, aunque la huella de carbono que producen el Airbus, el Falcon y el Super Puma se la sople.