El mayor gasto de la historia para un año electoral
La noticia la adelantaba Yolanda Díaz a las 8:07 de la mañana, el Gobierno tripartito formado por el partido sanchista, lo poco que queda de Podemos y lo que sea que lidera la propia vicepresidenta segunda; ha vuelto a ponerse de acuerdo para aprobar sus terceros Presupuestos Generales del Estado. Unas cuentas que, según Moncloa, incorporarán el mayor gasto social de la historia de España. El acuerdo, confirmado más tarde por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y por Pedro Sánchez, se ha alcanzado con nocturnidad porque la misma Yolanda Díaz negaba anoche, en una entrevista en La Ser, que se hubiera logrado el mismo pasadas las 10 de la noche. Tenían la posibilidad de haber prorrogado los de este año, pero han preferido aprobar unos nuevos aumentando todas las partidas de gasto, para presentarse con ellos a las próximas elecciones, que los letrados del Congreso de los Diputados han informado de que deberán celebrarse antes del 10 de diciembre de 2023.
Con una inflación rondando el 10%, que nos convierte en líderes de otro vergonzoso ranking mundial, muy por encima de Alemania, Francia, Italia o Estados Unidos; estos presupuestos contribuirán a cronificar las subidas de precios en España. Tal y como el ganador del Premio Nobel de economía Milton Friedman dejó escrito desde 1963 en su libro A monetary History of the United States, 1867-1960, «la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario». Los precios varían según la oferta monetaria y cuanto más dinero hay en circulación, menos valor tiene. Cuando el Gobierno dispara el gasto público nos condena a todos a sufrir durante meses la alta inflación y a nuestros hijos y nietos a pagar con sus impuestos la deuda que inevitablemente irá en aumento.
El gasto en pensiones absorbió ya el 37% de los Presupuestos de 2022 y es una cifra que viene aumentando significativamente año tras año. En 2002 dedicábamos 65.000 millones de euros a pensiones, en 2012, 112.000 millones de euros y en 2022, 171.000 millones que representan ya el 12% del PIB. Yolanda Díaz acaba de anunciar que «todas las pensiones, sean contributivas o no, se incrementarán para que mantengan su poder adquisitivo frente al alza inflacionista», y además «el Ingreso Mínimo Vital aumentará en los mismos términos que las pensiones» e «incrementaremos el salario de los empleados y empleadas públicas hasta un 9,5% en tres años». Medidas que son todas muy inflacionistas y que tan sólo pueden entenderse como pura propaganda electoral que se despreocupa de las consecuencias a corto y medio plazo con tal de presentarse a las próximas elecciones con un discurso populista que se olvide de lo que inevitablemente va a pasar con el precio de la cesta de la compra.
Pero pese a lo anunciado por Pedro Sánchez, la verdad es que el Consejo de Ministros no tiene facultades para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, porque nuestra Constitución señala que el Gobierno sólo los elabora y deberán ser aprobados por las Cortes Generales, donde Sánchez volverá a demostrar que no tiene escrúpulos para pagar la cuota que le exijan los golpistas de ERC, los proetarras de Bildu y los recoge nueces del PNV, y ahí el gasto no va a ser sólo económico. A cambio de los Presupuestos de años anteriores, el Gobierno ya ha indultado a Junqueras y el resto de los presos independentistas condenados por el golpe de Estado catalán; igual que ha procedido al indulto encubierto de Txapote, el asesino de Miguel Ángel Blanco, Gregorio Ordóñez y Fernando Múgica, junto a todos los terroristas de ETA trasladados por Sánchez y Marlaska a las prisiones transferidas al Gobierno vasco. Por estos últimos Presupuestos, Sánchez volverá a pagar lo que le pidan, sea lo que sea; un referéndum de independencia, una amnistía, expulsar al ejército, la Policía y la Guardia Civil… cualquier cosa. Sánchez ya ha demostrado que no tiene escrúpulos ni vergüenza y que es capaz de todo para lograr sus objetivos; ERC y Bildu lo saben y lo aprovecharán para intentar destruir a España, porque también son conscientes de que puede ser su última oportunidad.