Más problemas para la amnistía: tras el terrorismo, la conexión rusa del ‘procés’
A Pedro Sánchez se le complica la Ley de Amnistía y no porque le preocupe lo más mínimo que el Tribunal Constitucional vaya a ponerle un solo pero -el 7 a 4 del frente afín a Pedro Sánchez está garantizado diga lo que diga la norma-, sino porque en Europa hay principios que no pueden saltarse tan fácilmente a la pídola. Uno de ellos es el relativo al delito de terrorismo, porque en la UE no distinguen entren terrorismo bueno y malo, que es lo que pretende Sánchez. Otro es el que tiene que ver con la injerencia de Rusia en asuntos de interés nacional. Por ahí tampoco pasan. Y la cuestión es que el juez Joaquín Aguirre dictará en breve un auto de prórroga de la instrucción del caso Voloh en el que pondrá de manifiesto las injerencias de Rusia en las revueltas violentas del procés. Todavía estamos en la fase preliminar de la instrucción, pero si se demostrara que dirigentes separatistas catalanes se aliaron con Moscú para sus fines estaríamos hablando de un delito de alta traición. Y eso en la UE no es amnistiable se ponga como se ponga Pedro Sánchez.
Por si acaso, Junts ha pedido que se incluyan en la amnistía los delitos de traición y contra la paz o la independencia del Estado y relativos a la Defensa nacional. Por algo será. El problema es que esos delitos en la UE están muy mal vistos, de modo que la sombra de Rusia en el procés era lo que faltaba para complicarle a Pedro Sánchez una Ley de Amnistía que se le está atragantando más de la cuenta. No sólo por el terrorismo, sino porque las injerencias de Putin -en caso de que se probaran judicialmente- complicarían todavía más la norma con la que el presidente del Gobierno pretende garantizarse su continuidad en La Moncloa.