Levantarse contra la democracia es un golpe de Estado

Brasil golpe Estado

Lo vivido en Brasil no admite muchas dudas: estamos ante un asalto en toda regla a las instituciones democráticas -el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial- que representa una forma de golpe de Estado inadmisible. Lo ocurrido se asemeja mucho a lo registrado en el Capitolio y constituye un intento de someter el Estado de Derecho a los deseos de millares de personas, seguidores de Bolsonaro, que debería con urgencia condenar de forma absoluta los hechos. Nada ni nadie está por encima de la ley y la Constitución y las urnas decidieron que Lula da Silva fuera el legítimo presidente del país. Lo demás no importa demasiado en esta hora en la que la democracia brasileña está siendo gravemente amenazada. No hay excusas ni pretextos: la voluntad popular se expresa en las elecciones y lo ocurrido es un golpe promovido por una multitud que ha intentado doblegar violentamente un resultado democrático.

A la hora de condenar los hechos, OKDIARIO se mueve exclusivamente por la única vara de medir que impera en el Estado de Derecho: la ley y el ordenamiento jurídico. No hay otra. Aquí y en Brasil. La democracia no es interpretable en virtud de posiciones ideológicas. Lula da Silva, sobre el que este periódico no ha escatimado dudas por su pasado de político corrupto, ganó por escaso margen las últimas elecciones presidenciales a Bolsonaro y es el jefe del Estado. Intentar por la fuerza torcer la voluntad popular es quebrar los principios más elementales de la democracia. Un golpe de Estado que este periódico condena sin matices. Frente a quienes practican una ignominiosa ley del embudo en función de su ideología, este diario tiene claro que lo ocurrido en Brasil es un atentado a la democracia que no se justifica de modo alguno. Y si Bolsonaro está detrás del asalto, la justicia debería ser implacable con quien ha pretendido subvertir el orden constitucional. Lo dicho: hay que ser implacable con quien se levanta contra el Estado de Derecho. En Brasil o en España. Faltaría más.

Lo último en Opinión

Últimas noticias