JJ Carnero: un plan para Valladolid

JJ Carnero: un plan para Valladolid
JJ Carnero: un plan para Valladolid

Los mejores observadores de lo que ocurre en la vida política castellano leonesa creen que a Óscar Puente, el espectáculo, le ha salido un serio competidor para el sillón de la histórica ciudad de Valladolid. No parece que la decisiva cita del 28M esté escrita.

El Partido Popular ha decidido echar mano de un veterano, disciplinado y experimentado militante, que regresó de la muerte (covid), para recuperar la capital castellana, como uno de los santos/seña de lo que se prevé será la reconquista política nacional a partir de las decisiones en pueblos, ciudades y regiones.

Jesús Julio Carnero –Consejero de la Presidencia, ex de Agricultura y Ganadería, ex presidente de la Diputación de Valladolid- es el candidato por mor de las expectativas electorales y por las necesidades del centroderecha. Valladolid, en las actuales circunstancias, es algo más que una ciudad que un día fue la capital del Reino. Feijóo y Fernández Mañueco son conscientes de ello.

Carnero es lo más alejado a los dirigentes públicos al uso político que conocemos últimamente como chisgarabís. Castellano hasta el último poro, JJ se ha estudiado en profundidad la actual realidad de la ciudad del Pisuerga. Una foto en blanco en negro, atascada en su economía, profundamente dividida, que ha ido perdiendo paulatinamente su real personalidad  que antaño exhibió.  Escrito en román paladino, recuperar el «orgullo» de ciudad, el honor de ser de Valladolid. La apuesta popular por la vara pucelana es total.

Valladolid, junto a Valencia, Sevilla, Coruña, Burgos, entre otras, es el legítimo objeto de deseo del centroderecha en unos comicios que serán en muchos aspectos el preludio de lo que puede ocurrir en el conjunto de la nación en estos decisivos doce meses del 2023. Valladolid siempre ha sido una referencia.  Sus habitantes tienen que decidir si quieren espectáculos, incluso exabruptos mediáticos o un plan riguroso para recuperar lo que siempre fue.

Por ejemplo, aunque no sea algo glamuroso, enfrentar uno de los temas que la ciudad tiene perentoriamente: el soterramiento del ferrocarril que el Gobierno de Sánchez prometió y nunca cumplió. Por ello, se puede afirmar que si, finalmente, la “opción Carnero” tiene éxito habrá un cambio sosegado, tranquilo y solvente para cumplimentar el futuro de una gran ciudad que, en general, tiene muy claro lo que fue, lo que es, y lo que pretende ser.

La decisión inapelable del pueblo, en cualquier caso, se escribirá en un pañuelo; si se quiere en título cinematográfico el poder se decidirá por un puñado de votos.

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