Illa no sabe quién es ‘El Chili’ que le vendió mascarillas ‘fake’


Salvador Illa ha actuado con Santos Cerdán como Miquel Roca con el Partido Reformista. Yo era muy joven, pero me acuerdo. La apuesta por vertebrar una opción de centro tras el hundimiento de la UCD acabó en fracaso.
Tras el naufragio en las generales de 1986, apareció Roca por la televisión —entonces solo había RTVE— y habló del partido que él mismo había fundado en tercera persona. Apenas consiguió 200.000 votos. Ni un escaño. Aunque CiU consiguió el mejor resultado de su historia: 17 diputados.
Al fracaso contribuyó que se veía como un proyecto artificial, una prolongación de Convergencia, y que TVE —todavía no había privadas— siempre que sacaba a Roca lo hacía hablando en catalán y con subtítulos.
Bueno, pues ahora lo mismo. En la sesión de control de mediados de junio, Albert Batet, de Junts, ya le preguntó sobre «los presuntos casos de financiación irregular y corrupción del Partido Socialista Obrero Español».
Illa respondió que «mi partido es el PSC y no tiene ninguna financiación irregular». También aseguró que la política es «una vocación noble» y que «la mayoría de los que nos dedicamos a ella, en esta cámara y fuera, lo hacemos con nobleza».
Luego insistió en que «quien la hace la paga» —con los índices de inseguridad disparados no está tan claro— y que «el que viene a la política para servirse ya sabe dónde tiene la puerta, al menos en mi formación».
Insistió en hablar del PSOE en tercera persona, caso curioso habiendo sido ministro de Sanidad. «Hemos tenido, no en el PSC, en el PSOE, que es un partido hermano que aprecio y quiero, un problema grave», manifestó.
«El de una persona con una responsabilidad muy alta —secretario de organización, ni más ni menos— que ha tenido un comportamiento innoble». Al menos citó el cargo porque para el resto de socialistas, Santos Cerdán parece un particular que pasaba por ahí.
Incluso reiteró lo de «conductas inapropiadas, absolutamente repugnantes». Pero destacó que «ya no es miembro del Partido Socialista». En esto se avanzó a María Jesús Montero en dos semanas.
Lo que no sabemos aún es quién es el Chili. En la misma sesión de control, Alejandro Fernández, del PP, lanzó la bomba.
«En el informe de la UCO, Koldo asegura textualmente: ‘Salvador Illa habla muchísimo con el ‘Chili.» ¿Quién es el tal ‘Chili’? Porque semejante apodo no presagia nada bueno.
«En el informe de la UCO, Koldo asegura, cito textualmente: ‘No solo me investigan a mí, también a Salvador Illa.’ ¿Le consta a usted que alguien le esté investigando?»
Y lanzó una andanada final: «¿Participó o intermedió Koldo o Santos Cerdán, es igual, en la compra de mascarillas del Ministerio de Sanidad mientras usted dirigió dicho ministerio?»
«Son preguntas sencillas, diáfanas y fáciles de contestar, sin evasivas ni circunloquios. Será el mejor servicio que le pueda hacer usted a la transparencia, la verdad y la calidad democrática», terminó.
Illa, visiblemente alterado para sus cánones, respondió que «no tengo ni puñetera idea de quién es el tal ‘Chili’» y que no tenía «nada que esconder».
El encontronazo ha continuado en el último pleno. El líder del PP catalán afirmó que «ya sé quién es el ‘Chili’. Por fin lo sabemos. Y no era el primo del Vaquilla o del Torete, como su apodo sugería, no; se trata de Xiaojuan Li, Xi Li, ciudadana —ciudadana— china, hoy supuestamente en búsqueda y captura —poca broma—, y que le endosó al Ministerio de Sanidad que usted dirigía 361 millones de euros en mascarillas defectuosas».
Salvador Illa lo acusó de cometer «una imprudencia grave» y «un error que lamentará». «Es completamente falso lo que ha dicho» e insistió en que no sabía «quién es esta persona que usted menciona». Hasta amenazó con llevarlo ante los tribunales. Nos hemos quedado con las ganas de saberlo. El próximo capítulo, previsiblemente, en la próxima sesión de control.