Iberoamérica se nos va por Rusia y China

Iberoamérica se nos va por Rusia y China
Iberoamérica se nos va por Rusia y china

Iberoamérica es lo que, dentro de Europa y el resto del mundo, le ha dado hasta ahora ese punto de diferencia con otros países. Recuerdo haber oído al canciller Helmut Kohl decir a Felipe González que envidiaba la situación estratégica de España por su posición de ventaja en Hispanoamérica, básicamente por sus vínculos históricos, idioma y cultura. Hay que reconocer que han sido dos los primeros ministros desde la restauración democrática que mejor vieron esta ventaja y cada uno a su manera se esforzaron durante sus mandatos para no perder la posición.

Las informaciones que llegan desde la otra orilla del charco no son precisamente optimistas a este respecto. China lleva muchos años tratando de colarse en aquel continente aprovechando los Gobiernos enfrentados abiertamente a Washington y, sobre todo, la emergente potencia económica de la que goza. Venezuela es uno de esos países, pero no el único. Rusia también ha vuelto a poner un pie en los grandes países (por extensión y población), tras la caída de la URSS y Putin trata por todos los medios de granjearse la confianza de los Gobiernos populistas que mandan en Argentina, Venezuela y ahora Colombia, entre otros.

España, un país con fuertes problemas económicos actualmente, podría jugar la baza de la Unión Europea, pero no parece que las otras potencias (Francia, principalmente) estén por esa labor. Por si fuera poco, los aliados políticos españoles de los Gobiernos populistas iberoamericanos no parecen que tengan en gran estima la huella histórica de nuestros antepasados por aquellos lares. Lo hemos comprobado recientemente con el escándalo estúpido a propósito del sable de Bolívar.

Se trata de un auténtico asunto de Estado en el que las dos principales fuerzas políticas deben encontrar un punto de encuentro. Como fue siempre.

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