Dos pájaros de cuidado
El tacto de Sánchez es comparable con el del alambre de púa. Se va de vacaciones al palacete de La Mareta pero no baja a la costa para dar la bienvenida al hervor migratorio que tiene que soportar Canarias. Al sátrapa le importa un bledo lo que pasa en Lanzarote con los seres humanos. Serrat lo recogió en una de sus letras: «Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad, viajan de incógnito en autos blindados a sembrar calumnias y mentir con naturalidad».
Sánchez sólo conecta con sus caprichos y placeres, esquiva los dramas, repudia todo aquello que no le genere un beneficio inmediato. Los damnificados por el volcán de La Palma todavía esperan que cumpla alguna de sus mil promesas. Fue a sacarse un montón de fotos con las víctimas y si te he visto, ya no me acuerdo. Serrat tenía razón, el tipo fue a mentir, lo único que hace en sesión continua es broncearse y pasar olímpicamente de la situación de extremo caos migratorio que padece el archipiélago. Podría haber elegido un edén menos conflictivo para hacer el ganso y holgazanear a sus anchas.
Pero Pedro & Begoña son así y, al no ser nada en la escala social, necesitan okupar un palacio con playa privada para demostrar que son los reyes del mambo y de las comisiones ilícitas, cuando como mucho son dos pájaros de cuidado y dos nuevos ricos horteras. Ella es una inculta catedrática sin título académico. Y él, el mayor farsante del orbe pagano. O sea, gentuza.
En vez de donar tantísimos millones a los mercaderes separatistas a cambio de blindar la legislatura con sus votos podridos, más habría valido solucionar la ruina que padece el pueblo canario a causa del tsunami de la emigración. La gente de Canarias cree en España y no la traiciona. Más vale socorrer a quienes lo piden sin insultarnos, porque de verdad lo necesitan, y no a quienes nos degradan constantemente. Si el sátrapa se quiere tirar a la bartola, que se largue a disfrutar sus muy injustas, largas y plácidas vacaciones a Cataluña, que en Barcelona también hay playas y castillos.