Díaz se busca un experto en amnistías blanqueador de terroristas
El catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Castilla-La Mancha, Nicolás García, uno de los principales autores del dictamen jurídico sobre la amnistía encargado por Yolanda Díaz, es un experto en eufemismos -ya se sabe, sustituir palabras por otras para que parezcan otra cosa-, pues criticó la condena de la Audiencia Nacional a Arnaldo Otegi en 2011 al considerar que «representa un ejemplo de resolución judicial alejada de los parámetros exigidos por nuestro sistema constitucional de garantías y merece un severo reproche, porque demuestra que la Audiencia Nacional ha confundido interesadamente la disidencia política con el terrorismo».
O sea, para el tal Nicolás García Otegi no era un terrorista, sino un «disidente político». ¿Cómo explicarle a este tipo que quien lleva su disidencia política al extremo de practicar la violencia se convierte en terrorista? Según la sentencia, los condenados -entre ellos Otegi- actuaba «en plena connivencia y siguiendo las superiores directrices de ETA en la que se hallaba integrado». Después, el Supremo rebajó la condena a Otegi hasta los seis años y medio de cárcel al no considerarle dirigente de ETA, pero sí autor de un delito de pertenencia o integración en organización terrorista.
Para el tal Nicolás García llamarle terrorista a un terrorista merece un «severo reproche», por lo que, en todo caso, sugería llamarle «disidente». He ahí el eufemismo. Ahora, con la amnistía, su fórmula es la misma: no llamarla amnistía y cambiarla el nombre. ¿Cómo bautizará la ley Nicolás García? Se admiten apuestas: ¿Ley de Concordia, Ley de Brazos Tendidos, Ley de Generosidad, Ley del Abrazo Perpetuo, Ley de Conciliación Nacional, Ley del Olvido, Ley de si lo Hiciste no me Acuerdo, Ley de Pelillos a la Mar, Ley del Chócala, Ley del Tú por Mí yo por Ti?
¿Qué trampa se inventará el catedrático de Derecho Penal amigo de Yolanda Díaz para no llamar amnistía a la amnistía? ¿Le pedirá consejo al «disidente» Otegi?