Palo de Hacienda a los mutualistas: el cambio en la devolución del IRPF que te afecta
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Tras meses de promesas y anuncios por parte del Gobierno, el esperado cambio legal que facilitaría la devolución del IRPF a los mutualistas por parte de Hacienda sigue sin ver la luz. La campaña de la Renta 2025 llegó a su fin el pasado 30 de junio y, una vez más, los pensionistas que cotizaron en antiguas mutualidades laborales se encuentran en tierra de nadie, pendientes de una normativa que se demora.
Durante toda la campaña, los mutualistas han seguido muy de cerca las novedades de la Agencia Tributaria. El motivo: evitar que prescriban los ejercicios fiscales de los que aún pueden reclamar devolución por las dobles cotizaciones realizadas décadas atrás. Aunque Hacienda anunció una prórroga para no perjudicarles, la realidad es que muchos contribuyentes sienten que la respuesta llega tarde y de forma poco clara. La falta de una ley concreta deja en suspenso una devolución que, según el Tribunal Supremo, les corresponde legítimamente.
Desde diciembre del año pasado, el proceso se ha vuelto más complejo. El Ejecutivo cambió el sistema para que las devoluciones se solicitaran ejercicio por ejercicio, lo que obligaba a rehacer trámites ya realizados. Después anunció una marcha atrás para volver al sistema original, pero la ley que lo habilita continúa bloqueada en el Senado. En medio de esta situación, los mutualistas siguen esperando certezas mientras su tiempo para reclamar se agota.
Palo de Hacienda a los mutualistas
El pasado 27 de junio, apenas unos días antes de cerrar el plazo oficial de la campaña de la Renta, Hacienda hizo público un comunicado en el que informaba que iba mantener activo en su sede electrónica el nuevo formulario para que los mutualistas sigan presentando solicitudes de devolución del IRPF correspondientes a los ejercicios 2019 a 2022 y otros anteriores no prescritos. Con esta medida, se pretende evitar que ningún contribuyente pierda su derecho por culpa de los retrasos legislativos. Sin embargo, esta solución temporal no disipa las dudas sobre qué ocurrirá realmente cuando se apruebe la reforma normativa prometida.
El problema de fondo es que el Gobierno todavía no ha aprobado la ley que permite aplicar esta devolución de forma conjunta y sin tener que dividirla por ejercicios. La medida está incluida en una reforma legislativa relacionada con los seguros de vehículos a motor, una norma que sigue pendiente de tramitación en el Senado. Mientras tanto, Hacienda ha optado por este parche que da algo de oxígeno, pero que no resuelve definitivamente la inseguridad jurídica que sufren miles de pensionistas.
El riesgo de prescripción
Uno de los mayores temores del colectivo de mutualistas es perder su derecho a reclamar por prescripción. Desde el Colegio de Gestores Administrativos de Aragón y La Rioja ya se venía advirtiendo de que, si no se presentaba la solicitud antes del 30 de junio, se perdería la posibilidad de recuperar lo correspondiente al ejercicio 2020. En otras palabras, cada año que pasa sin reclamar es un año que se pierde para siempre, salvo que se haya presentado previamente el formulario habilitado por Hacienda. Aunque este documento fue anulado a finales de 2024 y tuvo que presentarse de nuevo, la Agencia asegura que el plazo de prescripción quedó suspendido mientras se define el nuevo marco legal.
Esta suspensión del plazo fue anunciada por el propio Ejecutivo cuando, en diciembre, decidió volver al modelo antiguo que permitía reclamar varios ejercicios de golpe. No obstante, hasta que no se apruebe la nueva ley, todo sigue en el aire. Esta inseguridad provoca que muchos contribuyentes no sepan si deben presentar el formulario actual, esperar a la nueva norma o hacer ambas cosas por si acaso. La falta de claridad institucional ha llevado a una situación de bloqueo en la que, paradójicamente, el tiempo que se suponía congelado sigue corriendo para muchos.
¿Quiénes pueden beneficiarse de la devolución?
No todos los pensionistas pueden acceder a esta reducción en el IRPF. Sólo pueden beneficiarse quienes realizaron aportaciones a mutualidades laborales en fechas concretas y siempre que esas cotizaciones no hayan sido ya objeto de reducción en su momento. Según especifica la Agencia Tributaria, hay varios escenarios. Si las aportaciones se realizaron antes del 1 de enero de 1967, la parte de la pensión correspondiente a esas cotizaciones estará exenta al 100%. Es decir, no tributará nada por ese concepto.
En cambio, si las aportaciones se hicieron entre el 1 de enero de 1967 y el 31 de diciembre de 1978, se aplicará una reducción del 25%: solo tributará el 75% de la parte proporcional de la pensión. Esta misma rebaja del 25% se aplica a quienes cotizaron a mutualidades que hacían las veces de la Seguridad Social, siempre que las aportaciones fueran anteriores al 1 de enero de 1979. En todos los casos, es fundamental conservar la documentación que acredite dichas cotizaciones, ya que Hacienda puede exigirla para procesar la devolución.
Un cambio legal que no llega
Desde abril, la página web de la Agencia Tributaria muestra un aviso dirigido expresamente a los mutualistas. En él se explica que está prevista una modificación normativa que permitirá, a partir de 2025, reclamar de forma conjunta los ejercicios fiscales de 2019 a 2022, y también los anteriores que no hayan prescrito. Esta modificación se incluye en la reforma de una ley que nada tiene que ver con el IRPF: la Ley de responsabilidad civil y seguro en la circulación de vehículos a motor. En su tramitación, el grupo parlamentario socialista introdujo una enmienda para restablecer el sistema de devolución conjunto, el mismo que Hacienda anuló en diciembre obligando a los pensionistas a solicitar la devolución año por año.
Pero el retraso en la aprobación de esta ley ha generado un limbo administrativo que tiene a miles de jubilados en vilo. La disposición que debe modificarse es la final décimosexta, que afectará directamente al procedimiento para presentar solicitudes y rectificaciones. Mientras no se publique en el BOE la nueva redacción, todo se mantiene como una promesa. Y mientras tanto, el tiempo pasa, los formularios se acumulan y los derechos de los mutualistas siguen dependiendo de un trámite que, por ahora, no llega.