Díaz ataca a los desfavorecidos
Para el Gobierno, todo afán recaudatorio es poco. Empeñados están en incrementar más todavía los impuestos bajo la premisa falsa de que en España se pagan menos impuestos que en el resto de la UE, para lo cual esgrimen, una y otra vez, el indicador de presión fiscal. Ellos saben que es falso que se paguen menos impuestos en España. La presión fiscal es el cociente entre la recaudación y el PIB nominal. ¿Ha bajado o está más baja que en la media de la UE? Sí. ¿Se debe a que tengamos impuestos más bajos que en la media de la UE? No. Lo que sucede es que el PIB nominal ha crecido más que la recaudación, espoleado por la inflación y por la asombrosa revisión del mismo que ha hecho el INE, incrementando súbitamente alrededor de 36.000 millones de actividad económica. Por tanto, falso que la presión fiscal muestre que en España pagamos impuestos más bajos.
De hecho, si vamos al indicador más ajustado, que es el del esfuerzo fiscal, que es el cociente entre la presión fiscal y el PIB per cápita, se demuestra que en España se pagan muchos impuestos, pues dicho indicador, que mide el sacrificio que los ciudadanos tienen que hacer para pagar los impuestos que pagan con los ingresos que tienen, sitúa a España como uno de los países con mayor esfuerzo fiscal de la UE.
Ahora bien, esto, aunque el Gobierno lo sabe, y si no lo supiesen los miembros del Consejo de Ministros, sí que lo sabrían sus asesores técnicos, le da igual, porque lo utiliza como falso argumento para justificar su ansia por aumentar más los impuestos. No sólo es que sean tan dogmáticos que quieran confiscar hasta el último resultado del esfuerzo de ciudadanos y empresas; es que no saben gobernar de otra manera que no sea gastando cada vez más, para tapar el problema estructural que tiene la economía española, y como ahora han retornado las reglas fiscales, para no ser sancionados por la Comisión Europea han de aumentar los ingresos y proponen, para ello, un incremento de impuestos que terminará por ser contraproducente, como lo son siempre las alzas tributarias.
En este contexto, Díaz ha introducido unos cambios en la normativa laboral que va a obligar a los parados a presentar la declaración de la renta obligatoriamente. Esto les perjudica, porque quienes no llegasen al mínimo que le obliga a cualquier ciudadano a presentarla, no la presentaban. Si ésta salía positiva, es decir, a pagar más a Hacienda en la liquidación de junio, se ahorraban esa cuota diferencial no presentándola. Ahora, a diferencia del resto de ciudadanos que no lleguen a ese mínimo de obligación para presentar la declaración, los parados sí que van a tener que presentarla, con lo que muchos de ellos tendrán que pagar unos cientos de euros más a Hacienda.
Es decir, tan progresista que se llama, tan defensores de los desfavorecidos, tan comprometidos con la igualdad, y Díaz, con su cambio normativo, establece una medida regresiva, porque pagarán más, al final, que otros ciudadanos con capacidad algo mayor; perjudica a quienes pasan por la desolación del desempleo; y genera desigualdades, porque dos ciudadanos en similares circunstancias no podrán actuar del mismo modo.
El Gobierno ya no sabe qué hacer para seguir gastando, y los líderes que conforman la coalición de Gobierno no saben qué barbaridad inventar para tratar de competir entre ellos por el título de más izquierdista, mientras desangran a la economía española y asfixian a ciudadanos y empresas, especialmente a los más desfavorecidos, que es a quienes principalmente ataca Díaz con esta medida.
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