PRESIÓN FISCAL EUROPA

Europa rebaja impuestos a los jóvenes mientras España busca recaudar 4.500 millones extra en 2025

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Jose de la Morena
  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

La tendencia de los diferentes gobiernos en Europa es bajar impuestos, especialmente para los jóvenes, en un intento de retener talento patrio y generar empresas tecnológicamente innovadoras: España va en la dirección contraria.

Mientras Portugal, Alemania o Suecia, entre otros muchos, proponen rebajas fiscales a todos los contribuyentes o a los jóvenes que tienen mayores dificultades por el coste de vida actual, España sube las cotizaciones, no deflacta el IRPF -no descuenta la inflación al pago de ese IRPF- y sube o vuelve a imponer el IVA a muchos productos.

Portugal acaba de sacar un proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2025 en los que plantea que los menores de 35 años que. cobren menos de 28.000 euros al año no paguen el impuesto sobre la renta. Pero no se queda ahí. En los cuatro años siguientes, solo tributará sobre el 25% de sus ingresos, del sexto al noveno año por el 50% y el décimo por el 75%. Es decir. Durante 10 años, si ganas menos de 28.000 euros, nunca pagarás el 100% del IRPF que te correspondería.

Se trata de dejar el dinero en el bolsillo de los jóvenes, por dos razones: elevar la capacidad adquisitiva de los menores de 35 años y, además, permitir que el talento nacional prefiera quedarse. Allí, el salario mínimo no alcanza los 10.000 euros, por lo que las exenciones buscan alcanzar a los jóvenes con un alto grado de estudios que, desde el principio, lo superarán ampliamente.

Una medida que crea arraigo puesto que, cuando superas ese umbral de los 28.000 euros, se entiende que has tenido tiempo de hacer una vida en el país, y es más complicado que desees abandonarlo.

Inspirados, precisamente, en Portugal, Alemania planea algo parecido, tanto para los jóvenes como para los extranjeros. La idea de los germanos es llevarse incluso el talento ajeno. Han aprobado un tipo fijo del 20% durante diez años para aquellos que vayan a trabajar al país germano, frente a una horquilla general que va desde el 14,5% hasta el 48%. Retener a sus jóvenes y atraer a los de fuera. Bajar impuestos para que el poder adquisitivo aumente. En lugar de dar ayudas concretas, como la de Pedro Sánchez para la vivienda, que solo incrementa el precio, se deja el dinero en el bolsillo del joven contribuyente, de manera que lo pueda gastar o invertir en lo que requiera.

La fórmula es evidente, y se realiza también en los países nórdicos, donde destaca especialmente Suecia, con 22 rebajas fiscales aprobadas a lo largo de 2023 por una formación socialista. Aumento del mínimo exento para el IRPF, deducciones para la contratación, bonificaciones en gastos de transporte, en cotizaciones sociales para los jóvenes… Incluso hay rebajas de IVA para las obras que se realizan en los hogares o en algunos hidrocarburos.

La idea general es bajar impuestos, sobre todo a quienes tienen menos o acaban de incorporarse al mercado laboral, de manera que se equilibre su posición con la del resto ante el elevado coste de la vida.

España, impuestos y coste de la vida

Todo esto, mientras España ha subido las cotizaciones sociales este año para todos los contratos y se plantea incluso volver a hacerlo. El Ejecutivo que dirige Pedro Sánchez, que ha logrado una recaudación tributaria récord gracias a una inflación desmesurada y, sobre todo, a que no se ha conformado con eso y ha seguido subiendo impuestos.

Ahora, incluso han propuesto hacer permanentes los impuestos a bancos y energéticas. Lo que iba a ser temporal, será permanente. Sin embargo, las bonificaciones que se pusieron en plena crisis inflacionaria precisamente para la energía o los alimentos… esas no serán permanentes.

Amenazaba incluso la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, con elevar la recaudación, porque asegura que la presión fiscal está por debajo de la media europea. La realidad es que el agujero de la seguridad social supera los 100.000 millones por primera vez en la historia y que ningún Gobierno había elevado tanto el gasto de sus ministerios. Para cuadrar las cuentas y el déficit con Bruselas, habrá que subir impuestos.

Una reducción del gasto, además, no es planteable ante el Ejecutivo de Sánchez porque, entre otras cosas, la fiscalidad singular de Cataluña va a mermar lo servicios que se prestarán en otras comunidades -puesto que los catalanes dejarán de aportar a la caja común-. Así que solo queda subir impuestos.

Según el último estudio sobre la fuga de talento de España realizado por BBVA Research -valor del capital humano por la emigración-, los empleos sin cubrir marcaron un récord en 2023 al aumentar un 44%. Suponen un coste de 8.000 millones de euros para el PIB.

El valor del capital humano que pierde España por el efecto de la emigración superó los 150.000 millones de euros en 2022, un 40% más que antes de la COVID-19, y ha ido en aumento en 2023 -año estadísticamente sin cerrar todavía, pero que supera ya la cifra del 2022-.

Desde 1995 hasta ahora, la presión fiscal ha pasado del 32% al 39%, pero el 60% de la diferencia se ha producido durante el Gobierno de Pedro Sánchez. La productividad ha aumentado desde 1995 un 26%.

Es decir, con esa presión fiscal, y una nueva subida de impuestos prometida, obligar a las empresas a hacer frente a la reducción de jornada -sin pactar, por puro mandato- y argumentar que es por la subida de la producción, es no tener en cuenta el balance completo de la situación. E ir en contra de lo que hacen el resto de países europeos para atraer y retener talento, y para fomentar el crecimiento y la competitividad de sus empresas.

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